¿En qué va el cuarto retiro?

La respuesta es corta: está ahí, cocinándose, en el Senado. La DC lleva la batuta. Quieren proteger a las compañías aseguradoras e incluirle algo de “letra chica”.

La Comisión del Mercado Financiero, se supone, es el organismo que regula y controla la conducta del capital financiero. Uno creería que esa comisión estaría atenta a por qué las acciones de determinadas compañías suben o bajan abruptamente, sin explicación evidente, excepto que alguien está especulando. También debería estar encima de las empresas, bancos, aseguradoras, etc., en sus manejos con los clientes y consumidores, para que no apliquen cláusulas abusivas. En fin, tantas cosas, tanto trabajo.

Su presidente, Joaquín Cortez, sin embargo, está preocupado de otras cosas. Fue nombrado por Piñera luego de una larga trayectoria en la industria de las AFP. Pero, además, sigue ligado, muy de cerca, al rubro. Su cuñada, Alejandra Cox, es la presidenta de la Asociación de AFP. Conveniente. Su concuñado, Sebastián Edwards Figueroa, es director de Moneda Asset Managment, que le maneja las platas a Piñera. El mundo es un pañuelo.

Con el cuarto retiro, la CMF de Cortez ha estado preocupado, no tanto de las AFP -esa es una batalla de perdida- sino de las compañías dueñas de las AFP, que son hoy, principalmente, las grandes aseguradoras. Y esas quedarían con nada, sostiene la CMF, si se aprueba el cuarto retiro tal como lo despachó la Cámara de Diputados, pues este incluye a las rentas vitalicias, que son manejadas por las compañías de seguro. Nueve empresas podrían quedarse sin fondos, amenaza la CMF.

El lobby ha surtido efecto en el Senado. Los parlamentarios de la Concertación que habían jurado y rejurado que no aprobarían el cuarto retiro, ahora se están dando vuelta. Ven el peligro si lo rechazan.

El plan ahora es, al menos, salvar los muebles, es decir, excluir a las rentas vitalicias. La DC, Pizarro y Provoste, dirigen la cocina: un nuevo “gran acuerdo nacional” con la senadora y candidata presidencial como arquitecta inspirada, si es que puede acomodar así. Al gobierno no le quedaría otra opción que aceptar el arreglo.

Las maniobras ya se están ejecutando, pero sólo confirman una cosa: el cuarto retiro va, pero, posiblemente, “con letra chica”.