¡Al agua!

Sí, como en los bingos, con los números inútiles. Así terminó Felipe Guevara, el ex intendente de la RM y tres meses delegado presidencial. Al agua y hoy no por inútil, sino por corrupto. La Contraloría le inició un sumario por conflicto de interés por un negociado -de $6.800 millones- en el que participó su hermano cuando el era intendente.

El negocio era para construir el Polideportivo San Gregorio de la comuna de la Granja. Los fondos vendrían de los fondos regionales. El intendente, el boss al momento en que se adjudicó la licitación, era Felipe Guevara, el tan recordado intendente que mandó a copar con pacos la Plaza Dignidad durante el levantamiento popular y luego los echó pa´delante.

La empresa que ganó la licitación para construir el polideportivo se llamaba Unión Temporal de Proveedores compuesto por la empresa Constructora Lima y el constructor civil, Matías Guevara, hermano del intendente.

Este proyecto está siendo investigado porque la constructora en cuestión dejó las obras tiradas con un 52% de avance en su primera etapa. Un modus operandi estándar para estafar al fisco con las obras públicas.

De esas, tenemos por montones. Es cosa de levantar la alfombra y sacudir un poco. Aquí y allá empresas por un día que agarran recursos millonarios, con la connivencia de las autoridades políticas, para estafar al fisco con obras que nunca llegan a destino.

Esto sucedió con el Polideportivo para la comuna de la Granja. El monto de la inversión bordeó los $6.770 millones. Hoy, ya con una investigación en curso, las responsabilidades de las irregularidades en la licitación se la tiran entre Guevara y el alcalde DC de la comuna, Felipe Delpín.

La investigación dilucidará quién miente y quién, no. Pero todo este asunto no es más que business as usual.

Piñera, por cierto, no pudo evitarlo: tras aceptar la renuncia de Guevara al cargo de delegado presidencial lo felicitó «por el trabajo realizado».