Por sólo un voto. La Cámara de Diputados aprobó con una mayoría de tres quintos el cuarto retiro de los fondos previsionales. Las maniobras del gobierno para impedirlo fracasaron una vez más. El siguiente paso es el Senado.
94 a favor, 39 en contra y 9 abstenciones. La votación del cuarto retiro superó por un solo voto el quórum de 93 votos. Tal como en el primer y tercer retiro, la deserción en las propias filas de la derecha fue determinante para cumplir con la mayoría de tres quintos para la reforma constitucional que hace posible los retiros.
El gobierno ya había cantado victoria. Había logrado voltear a algunos diputados derechistas que previamente habían aprobado los retiros. Además, tenía a su favor a un grupo de parlamentarios “opositores” que le brindan sus servicios, cuando son requeridos. Y no hacía falta votar en contra. Bastaba abstenerse o no presentarse a la sesión: con eso, ya se cumplía el propósito del gobierno.
Pero el miedo fue más fuerte. Al final y, a último momento, suficientes derechistas apoyaron la moción.
En sus discursos, los honorables -a favor y en contra- no ahorraron en demagogia. Sabían que los están mirando.
Piñera sufrió una nueva derrota humillante. Pero, esta vez, no fue el único. Su suche, ese tal Sichel, también quedó bastante mal, porque había querido hacerse el importante con las bancadas de la derecha. No le hicieron caso. Y, además, quedó enredado en la sospecha que él mismo había sacado plata de los fondos, pero que no se atreve a reconocerlo. Además de hipócrita, cagón.
Otro que quedó mal, es el candidato Boric, que también había apostado por el rechazo. Tuvo que dar marcha atrás, pero le impuso al PC y al Frente Amplio unas indicaciones de “letra chica” al proyecto. En eso, también fracasó. Y así se lo refregaron durante el debate, sobre todo desde la Concertación.
Y también queda enmarañada la candidata de la DC, Yasna Provoste, que deberá ver qué hace ahora en el Senado. Varios de los “honorables” de la Concertación en la cámara alta indicaron que están en contra. Si prevalecen, habría un tercer trámite, con una comisión mixta. Complicado.
Pero ya se vio que, cuando se tiene miedo al pueblo, las cosas, al final, se vuelven bastante sencillas.