Un pichintún del trigo más sucio

Sí, no eran más que eso. Un resto del trigo más sucio, de la peor ralea, la que fue a quemar carpas, ropa y alimentos de los migrantes varados en Iquique. Los medios amplifican y el progresismo rasgó vestiduras. El gobierno cree llevar agua a su molino.

La manifestación de unas tres mil personas, de la peor ralea, sucede horas después de un violento desalojo en la Plaza Brasil de Iquique. Lo curioso es que las cerca de 100 familias migrantes, en su mayoría venezolanas, estaban emplazadas ya hace semanas, a vista y paciencia de autoridades, las fuerzas del orden y de los organismos humanitarios.

Hoy, como por arte de magia, una marcha que parecía ser orgánica muy a propósito, bajo el lema de “No más Inmigración ilegal” y “Chile es una república que se respeta” se movió entre el saludo nazi y la wihphala aimará. El gobierno no duda en exacerbar la situación para llevar agua a su molino.

Pero como Piñera y su gente no es de las más altas luces, no entiende que su molino y el nuestro, no son el mismo. Y que no será el pueblo el que aplauda a los fascistas ni se sume a su actuar oportunista en material de migraciones.

La marcha se da muy en el contexto de los recientes comunicados del gobierno de cero tolerancia a la migración ilegal y de las medidas de expulsión cuando hace ya un año a brazos abiertos invitaba a los venezolanos a venir a la tierra de la libertad.

La marcha comenzó en la Plaza Prat, en el casco histórico de la ciudad para dirigirse unas diez cuadras en dirección a la playa Bravo donde carabineros se habría visto sobrepasado por el fervor de los fanáticos.  Los dejaron actuar, y actuaron.

Quemaron carpas, ropas, alimentos. Muchos de ellos ya se habían escondido en diversos puntos de la ciudad para arrancar de la furia de los respetables ciudadanos de la república.

Oportunamente las autoridades criticaron el actuar del gobierno y el mal manejo de la crisis migratoria. De peón a paje todos se escandalizaron del avance del trigo sucio en la capital del eterno sol.