Se aplauden ellos mismos

Al interior del parque O’Higgins, como quien canta sólo para los amigos, las Fuerzas Armadas y de orden marcharon este 19 de septiembre. Afuera, protestas en su contra. También de los familiares y amigos de Valeria Vivanco, la detective de la PDI, asesinada por la PDI.

En la elipse del Parque O’Higgins, desfilaron. Solos. Una exhibición de la decadencia de un régimen al compás de himnos y marchas militares. Un despliegue insolente de soberbia y dilapidación de recursos públicos. $218 millones de pesos costó la Parada Militar 2021. Marcharon como si nada. Cual avestruz que esconde cabeza en tierra, para evitar enfrentar el desastre. Marcharon como si la lista innumerable de sus traiciones al honor y la patria fueran desconocidas para todos los chilenos. Asesinos, represores, violentadores. Culpables de fraudes al Fisco, malversación de caudales públicos, robos a mansalva, corrupción en sus filas, enjuiciados y formalizados sus amigos y familiares por participar de estos crímenes, por beneficiarse de ellos. Marchó la mafia con charreteras doradas. Marcharon ensalzándose a ellos mismos.

Para encubrirse, dijeron que no sólo se homenajeaban a ellos mismos, también a los trabajadores de la salud, y pusieron a uno de esos personajes de bata blanca conocido de los matinales, bien a la vista. ¿Ven?, también es para ellos. Pero se trata de un gesto vacío que los verdaderos héroes de la pandemia, todos los hombres y mujeres que continuaron trabajando mientras el virus asolaba, panaderos, almaceneros, basureros, micreros, portuarios, pescadores, profesores, trabajadores de la salud, ni esperan ni desean recibir. No del régimen. No de los criminales.

En tanto se desarrollaba el evento, FF. EE de carabineros, para variar hizo lo suyo con los que se manifestaron en contra de la parada, persiguieron por doquier, gasearon a medio mundo y se llevaron a unos tantos detenidos arbitrariamente.

También se vio a los familiares y amigos de la detective Valeria Vivanco, asesinada por sus propios camaradas de armas, protestando en contra de la institución. ¡Valeria Vivanco, Verdad y Justicia! era el grito que se oía. Mientras exhibían carteles con los cuales enrostraban a la policía su falta de honor.

Suele ocurrir con los regímenes en decadencia. Pierden su punto de conexión con las masas. Desvarían. No logran dimensionar la magnitud de la crisis. No saben con certeza cuán profunda e irreversible es. Pretenden actuar como si nada hubiere ocurrido. Como si nadie estuviera en conocimiento de sus tropelías. Y así, realizan actos inútiles para salvar algo de imagen y autoridad. Pero la historia ya está siendo contada, y en ella, han perdido todo honor, y toda gloria.