El fin de Cema Chile

Cema Chile era conocida en las poblaciones como centro de madres, dirigida por esposas de miembros de las fuerzas armadas, eran lugares donde se reunía información de quiénes estaban actuando políticamente en las poblaciones. A nivel general, en la cúspide era solo un robo a destajo de bienes del Estado y la mantención de parásitos a expensas de los chilenos.

La fundación Cema Chile nació en 1954, como una iniciativa de caridad de la esposa de Carlos Ibáñez, y se llamaba Fundación Graciela Letelier de Ibáñez “Ropero del Pueblo”. En 1958, cambia su estatus a institución privada, no daría cuentas a Contraloría y la presidiría la esposa del presidente de la república. Con el golpe de Estado, se cambió el nombre a Cema Chile. En 1981, cambiaron sus estatutos y su presidenta sería la esposa del comandante en jefe del Ejército. En 1996, la presidenta debía ser la que hubiese ostentado el cargo por más de 10 años, la única capaz era Lucía Hiriart, que lo venía dirigiendo desde 1973.

En los años de la dictadura, los centros de madres estaban presentes en casi todas las poblaciones del país, las personas que las dirigían era esposas de militares. En los centros de madres se juntaban para hacer cursos de todo tipo ad hoc a las dueñas de casas, y había grupos de mujeres que se reunían periódicamente a conversar y tejer, es lenguaje coloquial era a “sapear” y entregar información de lo que se hacía en las poblaciones. Una de las organizaciones que lucharon contra esta forma de penetración dictatorial fueron las juntas de vecinos.

Fundación Cema Chile recibió del Estado 113 inmuebles cedidos gratuitamente, entre 1973 y 1991, se cree que fueron muchos más. Muchos de ellos fueron vendidos obteniéndose cerca de 8 millones de dólares que no fueron registrados en ningún lado. Además, recibía un aporte de la Polla Chilena de Beneficiencia y la Lotería de Concepción, que bordearon el millón de dólares

Hay ventas de inmuebles a un valor más bajo de lo real, para beneficiar a personas que trabajaron con la dictadura militar, como es el caso de la Universidad Mayor compró el edificio de calle Portugal en $1200 millones de pesos, de la universidad Bernardo O’Higgins adquirió la casa central en el 2002, por $760 millones de pesos. Otra de las universidades, que ha beneficiado es la universidad San Sebastián arrendaba la casa del Melocotón, que se construyó y amuebló con recursos de Cema.

Esta institución fue investigada por malversación de caudales públicos, lo que habrían hecho era enriquecerse utilizando a Cema Chile como pantalla para su beneficio personal.

En el 2018, se llegó a un acuerdo donde se podría pedir la disolución y cancelación de la personalidad jurídica de Cema Chile, cuando hubiese sido transferido su patrimonio. El Estado pudo recuperar 18 mil millones de pesos directamente de Cema Chile y otros casi 2 mil millones de pesos de la Fundación Apoyo Social, que era la fundación de las “Señoras del Ejército de Chile”.

Con la disolución de Cema Chile, se quita uno de las instituciones que se usaban para apropiarse del dinero del Estado y para mantener una red de apoyo de personas que usufructuaban parasitando de ella. Pero no es solo eso, sino que se acaba con instituciones que sirvieron para la delación, el soplonaje y la mantención de una dictadura, 31 años después que se fuera la misma dictadura.