Carozzi y el respeto ¿a qué?

La decisión de emitir el premiado documental histórico de Patricio Guzmán, «La Batalla de Chile», por el canal La Red hirió susceptibilidades. La empresa Carozzi retiró su publicidad del canal aduciendo que no auspician programas con contenido político por respeto a sus consumidores y a su forma de pensar. Sus consumidores, en las redes sociales contestaron con #CarozziMeEspanta.

Cuando las redes sociales estallaban en posteos acerca del documental histórico de Patricio Guzmán, «La Batalla de Chile» emitido por La Red TV. La empresa Carozzi saltó a la escena y rasgó vestiduras en defensa de sus consumidores y su forma de pensar. No sabemos bien a qué consumidores se referían, pongámosle que a los de la cota mil, aunque cuesta creer que se lleven las promociones de tallarines del 5 en los barrios de la Dehesa o Vitacura. Pero se han visto cosas más raras.

La Red a través de Twitter publicó: «Confirmamos que efectivamente la empresa @carozzimencanta retiró su publicidad de #LaRed por emitir #LaBatalladeChile. Contestaremos a esta insólita decisión, que pareciera buscar una censura editorial, a través de nuestras pantallas como siempre lo hemos hecho.»

El coctel encendió los ánimos y los barrios en Twitter, Facebook e Instagram cogieron candela. Rápido los consumidores aludidos le dieron el pago de Chile a la empresa, pobrecillos, y la emprendieron con un campaña de boicot a los productos Carozzi en rechazo a su represalia contra La Red disfrazado de defensa de «algunos consumidores» y su «forma de pensar».

Todo esto resulta a lo más anecdótico. El pueblo está habituado a este tipo de actuaciones mendaces. Son como «la manito en el pecho» que circula en memes. Nadie cree que lo hagan porque no auspicien programas con contenido político. Lo que no auspician son programas con contenido político que ofrezca el relato veraz de cómo, porqué y hasta dónde llegan los poderosos para defender sus privilegios, su orden, su sistema. Nadie cree que lo hagan por respeto a lo que piensen sus consumidores. Más bien lo hacen porque necesitan que sus consumidores permanezcan ajenos al conocimiento de «esa historia».

Por lo pronto, hay pocos lamentos. Cuentan que hubo los que lloran por los Vizzio y los Chocman, únicos productos que «salvan», «que lata no volver a comerlos» dijeron los consumidores aludidos. Por acá, en modo solidario, hoy comimos tallarines de la competencia para la cena mientras esperábamos el último capitulo del documental en el canal en cuestión. Bon appetite!

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