El mundo patas arriba

Primero el bolsillo del patrón que la salud del pueblo. Eso, en síntesis. Hospital Metropolitano cerrará la mitad de sus camas por construcción de estacionamientos del Costanera Center.

En el mundo patas arriba lo prioritario pasa a segundo lugar. La pandemia no acaba. El sistema de salud está en crisis y colapsado. La red hospitalaria pública en tensión y sobrepasada. ¿Qué hacer? Pues claro, ponerse a construir estacionamientos para un mall, en perjuicio del funcionamiento a plena capacidad de un hospital. ¡Brillante!

Esa fue la noticia que ayer remeció el sentido común. Según el comunicado elaborado por el equipo directivo y que el mismo recinto hospitalario difundió: “… el Hospital Metropolitano disminuirá progresivamente durante el mes de septiembre su capacidad total de camas, pasando de 240 a 107. Esto incluye la disminución de camas críticas en un 80% (122 camas UCI a 24). En forma global, seguiremos funcionando con un 44% de nuestra capacidad”. ¿La razón o sinrazon? durante el mes de septiembre, comenzarán las obras por parte de la empresa Cencosud, con el fin de construir estacionamientos para el Costanera Center. Tal cual, ese es el hecho.

El Hospital Metropolitano, surgió “como respuesta a la emergencia sanitaria en contexto de la pandemia por SARS-CoV-2, con el fin de recibir y dar tratamiento a los y las pacientes con COVID activo, dando solución a gran parte de la brecha de camas hospitalarias” y lleva en funcionamiento un año cuatro meses.

Según el mismo comunicado del hospital para evitar la polución que resultará de las obras de construcción “tenemos que implementar a la brevedad medidas locales de mitigación, como por ejemplo el sellado de ventanas, reducción del número de pacientes, reasignación de funciones del personal, etc., con el fin de disminuir al máximo el riesgo de infecciones asociadas a la atención de salud mientras estas obras estén en proceso”. Lo que significa un montón de pega para evitar que esas obras perjudiquen a los pacientes, a los trabajadores de la salud y en suma al funcionamiento integral al interior del Metropolitano.

Todo lo anterior es aberrante. Lo principal es proteger la vida y la salud del pueblo. Lo que en el caso concreto significaba simple y llanamente suspender indefinidamente esas obras en tanto lo vital se concentre en enfrentar de la mejor forma la pandemia. Pero en tanto, no asuman los trabajadores y sus familias las riendas de la resolución de estos dilemas, seguiremos observando al mundo de cabeza.