¿Quién le cree a Abbott?

Fiscal Abbott admite que sostuvo reuniones privadas con políticos involucrados en los casos SQM, Penta y Corpesca, durante el periodo de las indagatorias. Niega, eso sí, haber tratado el tema de las investigaciones de las platas políticas con esas personas. El jurado es usted. ¿Le cree a Abbott?

28 de agosto de 2021

Desde que se revelaran los primeros antecedentes que pusieron en evidencia la corrupción al interior de los partidos del régimen conocidos como los casos SQM, Penta o Corpesca han transcurrido 6 años.

Más de un lustro desde que tuvimos pruebas de lo que no teníamos dudas. Los empresarios de los principales grupos económicos de Chile, la burguesía en stricto sensu, financiaban a los políticos, les pagaban cash para que legislaran a favor de sus intereses. ¿Cómo lo hacían? a través de la emisión de millonarias boletas ideológicamente falsas.

Hace cosa de un mes, la Fiscalía anunció que no perseveraría en la investigación contra 34 de los involucrados en el caso Soquimich, incluido el ex ministro Rodrigo Peñailillo, luego de que el Servicio de Impuestos Internos no se querellara contra los imputados del caso. Impunidad, así se llama la trama.

Y ahora, en un giro de la obra en escena, el equipo de Reportajes de un canal de televisión, develó una serie de reuniones “secretas”, que el fiscal Abbott admitió haber sostenido con los parlamentarios investigados.

Para botón de muestra. Una de las citadas “reuniones secretas” habría sido con el senador DC, Jorge Pizarro, a quien, Abbott recibió en su domicilio particular, mientras estaba siendo investigado.

Pero ahí no para la cosa, porque, el fiscal nacional admitió las reuniones pero negó en redondo haber tratado los hechos por los cuales se investigaba a los parlamentarios: “Jamás traté el tema de las investigaciones de las platas políticas con las personas con las cuales yo conversé”. Sí claro, como no, señor fiscal.

Abbott retomó su manida argumentación respecto a los motivos para acotar las investigaciones del caso SQM, y señaló que su intención era cuidar a las instituciones: “dentro de la responsabilidades de cualquier ciudadano, es tratar de que las instituciones no se vean afectadas por los hechos de terceros. Las instituciones no tienen responsabilidad”. Pura vocación cívica este fiscal.

¿El final provisorio de esta obra? Tras 6 años de investigación solo hay 10 condenados a penas remitidas, todos ellos son menos que actores secundarios de la política nacional. Los peces grandes respiran aliviados.

En el teatro se conoce como “gestus brechtiano” aquel que reúne un conjunto de rasgos y ademanes que conforman una catadura o actitud del personaje, en la cual subyacen la época y los conflictos sociales a los que debe hacer frente. Esa pose, o gesto, que el personaje realiza y que sintetiza los comportamientos y actitudes de ese ser humano frente a otros sin remitirse al texto dramático. Algo así, como, por sus gestos los reconoceréis. Y Abbott, en actitud dramática nos lo ha regalado. Ese gesto que dice, sin decir: “Soy yo, pertenezco a la clase que manda, la que controla todo, la decide qué, cómo y cuándo. Soy intocable”.

Han diseñado un final conforme a sus expectativas e intereses. Un final de impunidad. De todo sigue igual. Un final en que ganan ellos y perdemos todos nosotros. Pero ya nada es como antes. Ahora le corresponde al pueblo hablar, actuar, juzgar y vencer. Luego podremos bajar el telón.