Lo más interesante es conocer la historia de quienes han dirigido a los carabineros, sobre todo desde el golpe de Estado. Podremos ver como no es de hoy, que son como son, sino que su prosapia inmoral viene casi de siempre, pero se acentúa desde la traición al presidente Salvador Allende.
El 11 de septiembre de 1973 dirige a Carabineros José María Sepúlveda, quien es depuesto por César Mendoza, un general que ocupaba el octavo lugar del escalafón. Allende lo mostrará tal como era: “general rastrero, que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno”. Carabineros, a su mando, reprimió las movilizaciones populares y tuvo que renunciar por el degollamiento de tres opositores. Le sucedió Rodolfo Stange, quien formó parte de la junta de gobierno y fue procesado por el caso Degollados e interrogado por la muerte de militantes del FPMR. El presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle le pidió la renuncia, pero en un acto ruin, se retiró un año después. Más tarde, sería senador por la UDI. Le seguiría Fernando Cordero, con negocios irregulares con sus hijos como proveedores del TIC de la institución. Fue senador designado y sería candidato a diputado por la UDI. Después llegó Manuel Ugarte, salpicado por el caso de asignación de zona a altos mandos que pasaban por Aysén. Le seguiría Alberto Cienfuegos, involucrado en el caso Dipreca, donde le pagaban doble pensión, de la misma forma que a los ex generales directores anteriores a él. Fue candidato a diputado por la Democracia Cristiana. Le sucederá José Alejandro Bernales, caracterizado por la represión y por haber muerto en un paseo de shopping que se disfrazó como acto oficial por el gobierno, para no enlodar su figura.
“Estirar las manos” viene desde Mendoza y abarca a todos los que han dirigido la institución, incluso hoy. Han utilizado todas las argucias posibles para hacerse del dinero del Estado, aprovechándose al máximo de sus puestos. En los casos precedentes tratando de que sus pensiones fueran lo más altas posibles, para así mantener el estatus de vida que se dan en sus casas, departamentos o parcelas. Los que seguirán, Eduardo Gordon, Gustavo González Jure y Bruno Villalobos depurarán el método del robo y lo harán parte esencial del cargo, apropiándose de millones de pesos en lo que se conoce como el caso Pacogate. A estos les seguirá Mario Rozas Córdova quien protegió a los involucrados en el pacogate para que no siguiera la investigación al período en que se desempeñó como jefe de la dirección de Bienestar. Fue parte de la represión de los hechos del 18 de octubre y avaló la violación de los derechos humanos. El último y actual general director es Ricardo Yáñez Reveco. Tal como su antecesor, es parte de quienes violaron los derechos humanos.
Como hemos visto, esto es el alto mando de carabineros ¿Cómo serán los demás? Si los que están destinados a perseguir la delincuencia, acabar con el crimen, proteger a los ciudadanos, hacen todo lo contrario, lo mejor es no tenerlos. Cualquier reforma que quieran hacer, será incompleta, pues esta institución a través de décadas ha actuado como una organización delictiva cualquiera: han sido partícipes de golpes de Estado, han reprimido políticamente a opositores y los han matado cruelmente, han robado dinero del Estado impunemente, han dado pensiones a altos mandos para que vivan holgadamente, han protegido a sus funcionarios que han violado los derechos humanos, han mentido y engañado en sus declaraciones judiciales, han levantado montajes para culpar a inocentes, etc. Muchos delincuentes tienen menos prontuario delictual que los mismos carabineros.
La única forma es borrando esta institución, y creando una nueva, de verdad, con policías que velen por la integridad de su pueblo.