Las postulaciones a Carabineros cayeron en un 86% este año. Las autoridades se devanan los sesos para tener una propuesta enchulada que tiente a los jóvenes para entrar a la institución. Mejores sueldo y abogados, para defenderlos cuando cometen delitos, proponen. ¿Tentador? Habrá que ver.
La brillante de idea fue del subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli. O al menos, él lo propuso ante el consultivo de generales del alto mando de Carabineros. Son los pilares, le ha llamado, con los cuales el gobierno del ingenioso Sebastián Piraña quieren revertir la caída en picada de las postulaciones a la Escuela de Carabineros.
En junio se dieron a conocer las cifras de la debacle. Les cayó como balde de agua fría que nadie quiera entrar a una institución donde los altos mandos se roban la plata y cuya legitimidad está por el suelo. Además, cada vez más, enfrentan querellas y recursos de diversa índole por las violaciones a los derechos humanos, agudizadas a partir del levantamiento social de octubre de 2019.
Suena tentador, más platita y abogados que los ayuden a zafar de la justicia. La propuesta, formalmente, señala que para revertir el escenario, se plantea esencialmente mayor asistencia jurídica, aumento de sueldos y políticas dirigidas a destrabar el proceso de ascensos al interior de la institución.
Y como quién tapa el sol con un dedo, el general director de Carabineros señalo que “no estamos en crisis. Llevamos más de ocho mil postulantes a la escuela de formación. Estamos en rango de normalidad. Da lo mismo el número, lo importante es lo que seamos capaces de seleccionar… ¡A los mejores!”.
¡Sí, sí! digamos que no tenemos una crisis, lo importante es la calidad, no la cantidad, ¿no?