Estaba todo arreglado

El despliegue en la Cámara de Diputados contó con los ingredientes habituales, pero sin sorpresas. El final es siempre el mismo. Esta vez fue el ministro Figueroa el que se «salvó», o eso quieren que pensemos.

Impulsada por los parlamentarios, Camila Rojas (Comunes), Camila Vallejo (PC), Gonzalo Winter (CS), Juan Santana (PS), Mario Venegas (DC), Rodrigo González (PPD), Tomás Hirsch (Acción Humanista), Esteban Velásquez (FRVS), y Marcela Hernando (PR), se presentaba la acusación. Bajo las candilejas del hemiciclo una vez más, la Cámara de Diputados y Diputadas rechazó, era que no, la acusación constitucional contra el ministro de Educación, Raúl Figueroa.

Antes de ingresar al hemiciclo, Figueroa, como un gladiador romano presto a enfrentar a los leones, de utilería, se mandó sus líneas para la prensa y dijo estar “preparado, muy tranquilo y confiado. Confiamos en el trabajo bien hecho, y que hemos puesto siempre el bienestar de los niños como prioridad“. Daban ganas de reír a carcajadas. Pero había que mantener la solemnidad adecuada.

Luego de las seis horas que duró el debate. Seis horas de puro melodrama. Se procedió a la votación en el hemiciclo, y Figueroa se salvó de la imputación con 71 votos a favor, 76 en contra y 8 ausencias.

Para intentar darle sabrosura a la puesta en escena hubo de todo un poco. Pepe Auth fungió en el papel del traidor habitual. No tuvo problemas, el papel le queda a la perfección. Seguramente tras bambalinas le felicitaron. Los sufragios emitidos por la oposición, resultaron claves en el rechazo de la Cámara. Además de Pepe, votaron en contra los diputados independientes Pedro Velásquez, Carlos Abel Jarpa, Pablo Lorenzini y el demócratacristiano Matías Walker. Así todo parece real, verdadero, solemne. Pero a esta alturas, no hay quien no sepa que estaba todo arreglado.