Corrieron las balas de goma y los gases lacrimógenos contra el pueblo tailandés este domingo cuando salieron a marchar contra el manejo sanitario del “gobierno”. Además quieren democracia. Hace tres semanas ya se habían enfrentado contra las autoridades.
La exigencia de los trabajadores es una reforma política y una mejor gestión de la situación pandémica en su país. Este domingo miles de personas salieron a las calles para manifestarse en contra del régimen.
Con los lemas de “gobierno asesino” o de “abajo la dictadura, arriba la democracia” salieron a enfrentarse con la policía que no demoró en reprimir. Los manifestantes critican el lento proceso de vacunación de la población. Solo se ha vacunado al 4,5 millón de habitantes de 70 millones. Tailandia ha mostrado por estos días cifras récord, con contagios de 22 mil diariamente y 221 muertes al día.
Entre otras demandas, la población exige la abolición de un artículo sobre la soberanía, que castiga con hasta 15 años de cárcel las difamaciones y las críticas al rey y su familia. Y aunque la movilización no ha tenido la fuerza ni la convocatoria de anteriores movilizaciones contra el régimen debido a la pandemia, aun así el pueblo tímidamente ha decidido volver a las calles a mostrar su rechazo al gobierno del país.
En Tailandia las protestas están prohibidas debido al estado de emergencia decretado por la pandemia. Quien osa romper la prohibición arriesga hasta dos años de cárcel. Los manifestantes han señalado que seguirán protestando si no se cumplen tres de sus principales demandas: la disolución del parlamento, que se reescriba la constitución y que las autoridades dejen de reprimir a sus opositores.
Han sido los estudiantes quienes han convocado durante las últimas semanas, y diariamente, las manifestaciones. La protesta de hoy, según cifras oficiales convocó al menos unas 10 mil personas en Bangkok.
“Queremos nuevas elecciones y un nuevo parlamento para el pueblo”, gritaba el activista estudiantil Patsalawalee Tanakitwiboonpon, de 24 años, a la multitud que lo vitoreaba. “Nuestro sueño es tener una monarquía que esté realmente en virtud de la Constitución”.