Parece que arrecian tiempos mejores. Hasta la justicia está portándose un poquito mejor. Será que se percibe en el aire que este pueblo ha dicho basta y no está dispuesto a retroceder. Prueba de la determinación son los casi cinco meses que llevan los trabajadores del liceo en huelga y además, cuentan con el apoyo de los apoderados.

Hace dos días, en un primer fallo el mismo juzgado dictaminó que la Corporación debía pagar $105 millones. Hoy, este nuevo balde de agua fría es un aliciente para los que luchan. El abogado de los trabajadores, Christian Dulansky señaló que “este fallo ratifica que las demandas presentadas por el sindicato, corresponden a fines educativos expresados en la Ley de Inclusión”.

Un tecnicismo para decir que la razón estaba del lado de los trabajadores y que los cinco meses de lucha tenían sentido. El proceso de negociación colectiva que debió realizarse en 2019 estuvo suspendido entre septiembre de ese año y enero de 2021 gracias a diversas artimañas utilizadas por la Corporación para evitar negociar con los trabajadores como un solo cuerpo.

Por supuesto la Corporación y sus abogados recurrirán a todas las instancias para evitar pagar lo que le deben a los trabajadores. Pero lo más importante ha vuelto a suceder hoy . Ha quedado demostrado, que la unión hace la fuerza y que no hay otro camino para luchar y para vencer.