La mártir PDI fue asesinada por uno de sus compañeros

La prensa, el gobierno, el régimen completo se dio un festín con el dolor de la familia de Valeria Vivanco, la subinspectora de la Policía de Investigaciones asesinada “en un confuso incidente” en la población Santo Tomás, en la Pintana el domingo 13 de junio. Hoy se supo la verdad. Le habrían disparado sus propios compañeros de armas.

5 de agosto de 2021

Fue en la tarde del domingo 13 de junio de este año. Valeria Vivanco Caru, de 25 años fue baleada por unos delincuentes en la población Santo Tomás en la Pintana. Así lo informó la PDI, la prensa y el gobierno. El funeral de la funcionaria tuvo la altura de unas exequias de Estado. El hecho en sí mismo, la muerte y el funeral, fue explotado al máximo por los medios y la clase política, de lado a lado. Se olía a cortina de humo o que, al menos, les venía como anillo al dedo.

Estábamos en el peak de la pandemia, de la crisis en el manejo sanitario, de colapso en los hospitales con las camas críticas. El país retomaba las movilizaciones por la libertad de los presos políticos. La derecha y la ex concertación eran derrotadas en la elección de los constituyentes y los ciclistas sacaban ronchas a los reaccionarios con la funa al memorial de Jaime Guzmán y de la UDI. Todo iba en su contra

La muerte de la joven sucedió en el momento justo, para desgracia y dolor de su familia. También para las familias de los jóvenes inculpados en su oportunidad.  “Con profundo pesar comunicamos el fallecimiento de la Subinspectora Valeria Vivanco Caro, de Brigada de Homicidios Metropolitana, tras ser emboscada por delincuentes, en Pobl. Santo Tomás, comuna de La Pintana, mientras junto a sus compañeros realizaba diligencias investigativas”, comunicaron inicialmente por twitter desde la PDI.

Los supuestos hechos

En los videos que vimos por televisión una y otra vez durante cuatro días, hasta que la joven fue sepultada, se ven las piernas de dos jóvenes huyendo. Lo que se contó después es que la funcionaria fue asesinada a tiros por los jóvenes, desde un vehículo, cuando fueron controlados en  el marco de la investigación por un asesinato ocurrido en la madrugada en Puente Alto y otro en la misma población.

Hoy se supo que la joven PDI murió por el impacto de la bala de una arma que habría percutado uno de su compañeros. Hoy, tres funcionarios de la PDI fueron dados de baja por este homicidio.

Lo que no dijo la prensa en su momento, fue gritado por los pobladores de la Santo Tomás.  Ese día fueron testigos de cómo fue acribillado un joven, sin oponer resistencia en el marco de ese mismo operativo. El joven estuvo tirado allí durante horas hasta que llegó el SML. Nadie dijo nada sobre este hecho.

Además, ese día, un par de medios consignaron la versión de la madre de uno de los jóvenes detenidos. Pero su versión de los hechos quedó opacada por la maraña de la versión oficial:  “un cobarde ataque hacia quien cumplía la función de protegernos y detener a criminales” y que la “PDI, con dolor, está trabajando para poner a los responsables a disposición de la justicia”.

Dos jóvenes, uno de 17 y otro de 19, se entregaron a la policía. Yamilet Calabrano, madre de uno ellos reveló a la prensa, la versión de su hijo. Afirmó que los muchachos no portaban armas al momento del control. «Me dijo, ‘mamita, yo no la maté. Nosotros no la matamos porque no andábamos con pistolas’. Sí fue verdad que le hicieron un seguimiento, pero él dice que se arrancó y que la policía les empezó a disparar», aseguró la madre.

Los sospechosos de siempre. El Ministerio Público se apresuró en señalar que tenía pruebas suficientes para imputarlos. Piñera lloriqueó oportunamente en el funeral de Estado de la mártir 57 de la institución.

“Cuesta comprender cómo puede haber tanta maldad para en forma tan cobarde, provocar tanto daño como los que la asesinaron”. Valeria interpreta el espíritu de la PDI y de Carabineros de Chile, que todos los días arriesgan su vida para cuidar las nuestras. Valeria era una mujer hermosa, valiente, irradiaba alegría, esperanza, optimismo .

“Ojalá tengamos mejores leyes. Cómo echamos de menos una buena ley de control de armas, o un estatuto de protección a las policías. Por eso yo quisiera decir a su familia, que si bien sienten un dolor lacerante, también sienten un profundo orgullo y que ojalá sea eso, lo que les dé esperanzas”, aprovechó los minutos de fama el mandatario. Le venía tan bien todo esto.

El vuelco del caso

Hoy se dio a conocer que, tras un peritaje realizado por la propia PDI, los acompañantes PDI de Valeria, mintieron. Le dijeron al fiscal que lleva la causa, que ese día no dispararon. Los exámenes en las manos de uno de ellos demostró lo contrario. Tenía residuos de pólvora.

Además, la bala que mató a la joven -que no portaba chaleco antibalas porque trabajaba en una operación encubierta ese día- corresponde al tipo de munición que ese día portaban las armas con que los que los PDI realizaron el operativo.

Los funcionarios de la policía civil fueron suspendidos de sus funciones. Todas las sospechas apuntan a que la bala provino del arma del compañero que venía sentado detrás de la detective.

Durante el velatorio de la joven de 25 años, Daniela Vivanco, su hermana, dedicó unas una palabras a lo que sucedió ese día. “Una basura le quitó la vida a mi hermanita. Ella era mi bebé”.

Basura la acusación infame contra dos jóvenes. Basura lo que le hicieron sufrir a sus familias. Basura la incompetencia de las policías, el encubrimiento de los hechos y la cobardía de los compañeros de armas de Valeria Vivanco. Basura la autoridad judicial y sus pruebas de cartón piedra. Basura la muerte de un joven acribillado para el cual no habrá justicia. Basura el oportunismo de los medios, de Piñera, de las autoridades policiales. Basura el espectáculo oportuno con el dolor ajeno.