Mario Acuña sigue luchando

El 23 de octubre del 2019 en la comuna de Buin, mientras los vecinos se manifestaban en contra del gobierno, llegaron los pacos y reprimieron a las personas. Mario Acuña Martínez fue golpeado por tres pacos que lo dejaron al borde de la muerte.

Eran los primeros días del levantamiento popular, en Santiago no solo salían a deambular los pacos sino también los milicos, tratando de calmar la ira contenida de la clase trabajadora. En uno de estos territorios, en Buin, al igual que en muchos otros lados del gran Santiago, las manifestaciones proseguían todos los días hasta que llegó la pandemia en febrero del 2020.

El 23 octubre, una de estas manifestaciones diarias en memoria de los muertos en el estallido, fue interrumpida por la represión en manos de los pacos. Envalentonados porque tenían “manga ancha” para dañar a las personas, pues Piñera los apoyaba 100%, no dudaban en abusar. Disolvieron a los manifestantes, disparando, pero no contentos se ensañaban con los que quedaban rezagados, golpeándolos con furia.

Mario Acuña Martínez, 44 años, trabajaba como temporero en Paine, vivía con su tía Paola Martínez en Buin. Al igual que todos sus vecinos, salió a protestar por las demandas de su pueblo, había que demostrar el descontento y se hacía con unidad y alegría. Lo que no se sabía, era que ese día Mario sería golpeado brutalmente por los pacos. Mario llegaría ensangrentado a su casa y pudo decir “me duele la cabeza, me pegaron tres pacos”, se salvaría, pero el traumatismo craneal grave complicado y hematoma subdural derecho, fue tan severo que lo dejó en coma, y luego postrado en la cama sin poder valerse por sí mismo.

Mario ha podido vivir por el empeño puesto por su tía Paola y la solidaridad de muchas personas, pues no tienen el dinero para mantener a un electrodependiente. Rifas, venta de colaciones, donativos y campañas, han sido los medios usados para seguir adelante con Mario.

Los pacos que lo golpearon serían individualizados como el cabo segundo Henry Giovanny Cuellar Vega, Jonathan Alexis Neira Chaparro y Víctor Antonio Lastra Marguirot. Estos funcionarios son acusados de lesiones graves gravísimas con ocasión de tortura. Los comandaba en el furgón policial, el capitán Juan Rosales, que testimonia que vio tres de sus subalternos “ayudando” a levantarse a un caballero y que se fue caminando. En el furgón iban seis pacos, este capitán iba con el cabo primero Richard Quiroz, y según él, al ser interrogado, no sabía quiénes eran los pacos que “ayudaron” a levantarse al caballero, solo quedaban cuatro. Si mienten los oficiales, como no van a mentir los demás. Como es dable de esperar en instituciones y personas que operan casi como delincuentes, la familia de Mario ha sido hostigada por los pacos del sector, cosa común en otros casos, donde se refleja que hay elementos similares que plantea la duda si todo lo hecho en contra de los derechos humanos ha sido planificado y respaldado por los superiores.

Todavía Mario espera justicia y reparación, en tanto el pueblo con su solidaridad infinita debe seguir apoyando la lucha diaria por vivir.

No olvidamos a los que murieron, ni menos a los que quedaron marcados por la represión, la tarea es seguir luchando y lograr una patria digna que sea dirigida por los trabajadores.