Es común observar en las redes sociales que los partidarios de la derecha tratan de copar con comentarios y visitas lo que quieren mostrar como relevante. Para su desdicha, la mayoría de esos respaldos son los conocidos bots que ellos mismos compran.
Bot es el acortamiento de la palabra robot, es un programa informático que puede simular el comportamiento de una persona que usa internet. Su fin es realizar tareas repetitivas como enviar mensajes en las diferentes redes sociales. Para ser creíbles se crea un nombre o seudónimo, son cuentas relativamente nuevas, sin información personal y con imágenes sacadas de otros perfiles.
Los bots son usados en las redes sociales para hacer creer a los que están interactuando que lo hacen con personas, cuando solo lo hacen con mensajes estandarizados o bien con sistemas que usan inteligencia artificial para simular el lenguaje común. Un ejemplo de esto, es el uso que se da en Twitter donde muchas tendencias que se originan están hechas por bots, que aumentan artificialmente el número de visitas para posicionar lo que se desea que vean en los primeros lugares. Existen granjas de bots que, por cierta cantidad de dinero, producen perfiles falsos de usuarios dentro de las redes sociales para aumentar el número de seguidores de alguien que quiere plantear que los sigue mucha gente, de poner noticias falsas para hacer dudar a las personas y crear alarma, de enviar una cantidad simultanea de mensajes para apoyar una campaña política, etc.
En nuestro país, la derecha política es asidua a esta forma de amplificar sus adherentes. Esto ya sucedió para la campaña del Apruebo, donde había miles de adhesiones al rechazo, incluso sus medios informativos basados en las tendencias de las redes sociales proclamaban una victoria que era irreal, pues todo el apoyo no existía realmente, solo era virtual. Otro caso es el los pacos, que, frente al deterioro de su imagen, trataron de usar bots, pero fueron sobrepasados en todos lados por las personas reales que repudiaban la defensa obtusa que se repetían monótonamente, en eso gastaron bastante dinero.
Quizás más que nunca antes, la derecha no solo en Chile, está obligada a usar un medio tecnológico que le puede traer dividendos en el mundo virtual, donde con el dinero pueden apuntalar su alicaído sector, pero cuando vuelven a la realidad, no hay caso, siempre están peor que antes. Hicieron campañas de bots en Bolivia, Colombia, Chile y recientemente en Cuba.
Tienen que acordarse de que el pueblo vive de su trabajo, no de internet. Y mientras los bots dan cuenta de un país extraordinario, de pacos buenos, de políticos honorables, de jueces correctos y de empresarios humanistas, la cruda realidad del día a día, nos sitúa en trabajos donde nos explotan, en el abuso de los pacos, en no alcanzar a llegar a fin de mes con el sueldo, en el temor a contagiarnos de covid, en la injusticia con jóvenes presos, el abuso de los empresarios que se enriquecen subiendo los precios en medio de la pandemia, todo esto lo vemos y no necesitamos que nos cuenten cuentos.