Las manifestaciones en contra del Estado cubano muestran la misma matriz que está implícita en los levantamientos que orquesta la CIA. La rápida ofensiva popular ante estas maquinaciones nos habla de un pueblo cubano que derrocha dignidad.
Podemos hacer una comparación entre los levantamientos populares ocurridos en el mundo y los levantamientos orquestados por los servicios secretos de Estados Unidos y Europa, para ilustrar lo que sucede en Cuba.
Respecto de los levantamientos ejecutados por la CIA y agencias afines, lo fundamental es ver las debilidades de los países o territorios, posibles líderes a comprar, medios que avalarán lo que ocurre, agitadores pagados y con banderas yanquis que los erijan como libertadores, personas que cuenten sus penurias en vivo, desinformación, algo muy notorio es que siempre las consignas son abstractas, etc. Esto ya ocurrió en Hong Kong, Libia, Siria, Bolivia, Nicaragua, Venezuela, Ecuador, la lista solo muestra los que han ocurrido en la última década. Buscan motivos que impacten a los que ven la noticia, acusan de dictadores a los que dirigen, que son cómplices del narcotráfico, que tienen dinero en otros países, que torturan, que violan la libertad de prensa, que no hay democracia, etc. Las masas que se mueven son siempre pequeñas, pero son magnificadas por los medios y las diatribas en contra del régimen.
En el caso cubano, esta misma estrategia la han ejecutado en contra del Estado cubano más de una vez, antes que las redes sociales impactaran al mundo. Lo hicieron con los balseros, llamando a las personas a asilarse en las embajadas extranjeras, pagando a mujeres para que marcharan por los presos, haciendo manifestaciones. Han contado con el bloqueo para mantener la economía de Cuba con dificultades a través de más de 60 años, aun así, no han logrado derrotar a los cubanos. No hay que olvidar, que optaron por la violencia, realizando una invasión armada, haciendo atentados en los hoteles cubanos, rociando las siembras con químicos para destruir las cosechas, haciendo explotar aviones de pasajeros, tratando de matar a sus líderes. Lo que ha sucedido, es solo parte de la estrategia de destruir al régimen de Cuba.
En el otro lado están los levantamientos populares, y nos vamos a centrar solo en Sudamérica, en los ocurridos en Chile, Ecuador, Colombia y Perú. Estos levantamientos no son orquestados por ninguna potencia, sino por los propios ciudadanos que no aguantan las condiciones, no solo presentes, sino que se arrastran por centurias, son movimientos de la clase trabajadora. No salen a gritar libertad, ni ninguna consigna abstracta, sino que son cosas concretas que los mueven, como un alza del metro, la subida de la bencina, una ley que los afecta, un intento de golpe de Estado. Sabemos que es de clase el movimiento, porque su contraparte responde con sus fuerzas represivas tratando de causar el mayor daño posible y difundiendo el terror entre la población. Son millones de personas que a un mismo tiempo se mueven.
En el caso de Cuba, han tratado de decir que Cuba despertó para hacerlo parecer un movimiento popular y masivo, igualándolo a lo que sucedió en Chile, pero está claro que estamos frente a un montaje erigido y manejado en tiempos de pandemia, tratando de captar el sufrimiento y la angustia de la gente. Cuando no pueden ser más miserables los yanquis son capaces de superarse siendo más miserables aún.