Estándar OCDE: gobierno chileno, flojo, flojito

Ahora, calladitos con los índices de la OCDE. Que somos los jaguares de la maleza, que somos los primeros en Latinoamérica en ingresar al club de los más ricos del mundo, que la OCDE aquí y la OCDE allá. OCDE al desayuno y OCDE al almuerzo. Y ahora que la OCDE ha dicho que somos el país que menos confianza tiene en su gobierno, todos calladitos.

11 de julio de 2021

Ni pío han dicho sobre el Informe Bienal sobre gobiernos y administración que emitió la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE publicado este viernes. Desde que Chile ingresó en 2010 “al club de los selectos” como les gusta decirse a sí mismos, gobierno tras gobierno, que no venía una noticia tan mala para “los gobernantes”.

El informe reveló que en 2020, Chile fue el país donde la ciudadanía mostró menor adhesión a su gobierno, con sólo un 15%.

Y vaya que cifra, porque, en verdad, la adhesión al gobierno de Piñera se mueve en torno al 10% hace bastante rato. Chile, va contra la tendencia general respecto de lo que ha sucedido en los otros países de la organización.

En la mayoría de los países de la OCDE, en el primer año de la pandemia, la aprobación a los gobiernos ha aumentado. El 51% de la ciudadanía los apoya, como promedio, esto es, un aumento del respaldo en un 6,3%.

Los gobiernos con mayor apoyo de su población son Finlandia con un 81%, Luxemburgo con 78%,   Alemania con un 65% e Islandia con 59%. Los peores, Costa Rica con un 28%, Colombia con un 37% y España con un 38% y Chile, con un 15%.

El estudio refleja una tendencia objetiva: la pandemia ha llevado a un reforzamiento de los Estados y a una mayor concentración del poder político. Los gobiernos ordinariamente se benefician de esa tendencia, aumentado su adhesión. Con la excepción, por supuesto, de Piñera.

El organismo de “la corbata al desayuno” da algunos consejos para mejorar nuestra imagen: “reforzar la confianza y la transparencia, fortalecer la representación y la participación, lo que mejoraría con la inclusión de colectivos de mujeres, jóvenes y grupos infrarrepresentados”. Y no podría faltar el asunto del gasto. Recomienda aprender a gastar mejor, “aumentando la eficiencia, asegurar que la prioridad está en quienes más necesitan y mejorar la calidad de los servicios públicos”…

¿Buenas ideas para oídos sordos?

No. Es que contrario a lo que reza el dicho, Piñera prefiere ponerse morado mil veces, antes que colorado una vez: ¡en escena, el burro del curso!