En 2017 salieron a la calle para protestar por sus viviendas. En ese entonces eran 50 familias, hoy en la mañana muy temprano, salieron 150. El problema sigue siendo el mismo, sin resolverse: la calidad de sus viviendas. En el modelo chileno, la constructora una vez hechas las casas, se desaparece, el Ministerio endosa la responsabilidad a la empresa. Así nadie se hace responsable, el peloteo que le dicen. Si la cosa se pone peluá, el Estado aparece, para reprimir.
150 familias de Quilicura instalaron sus barricadas muy temprano en la mañana. Los medios ya reportaban cortes de tránsito y desvíos de recorridos Transantiago a eso de las 7.30 de la mañana. O sea, llegaron muy temprano. Hace dos años, hicieron lo mismo. Nadie los escucha. Las autoridades dan explicaciones inexplicables. En el modelo chileno, para las empresas es llegar y llevar.
Construyeron casas de tan mala calidad, para ganar mucho, con dineros públicos. Así, las viviendas de los pobladores tienen problemas eléctricos, se inundan, la aislación es de mentira…
Además, el próximo año vencen los cinco años de garantía por sus casas. Sí, como cuando se compran zapatos y tienen dos meses, la casas tienen cinco años. La empresa se desapareció sin entregar los títulos de propiedad. Así, pasados los cincos años no habrá quien pueda reclamar por la calidad de las viviendas, no habrá papeles.
Liliana Ávila, pobladora y propietaria, dijo que “no hay ningún papel en el Serviu de que se hayan agilizado nuestras escrituras y que les dijeron -ayer- que recién , iniciarían el proceso”.
Juana Nazal directora del Serviu Metropolitano, dijo a la prensa que “el gestor inmobiliario” “ha tenido un actuar negligente” y que se realizará una reunión para apurar la obtención de las escrituras y para dar solución a los problemas de construcción.
Así, sin vergüenza, sin prisa, mientras se arregla las uñas, la funcionaria en su oficina. Explicaciones del tamaño de la rueda de una carreta.
Ganarán tiempo, hasta que venzan los plazos y los amigos de la constructora no tengan que arreglar el desastre de casas y la indignidad que les dejaron a la gente. El modus operandi.
Luego la rabia, la impotencia porque saben, nadie solucionará nada. Será otro invierno y otro verano y no quedará más que volver a salir, a luchar. Y llegará el Estado, rápido, a reprimir. Y luego, vuelta a luchar, a sentir rabia, impotencia y vuelta a luchar, y nos pedirán modales, que por qué no cantamos el himno nacional, que por qué destruimos las estatuas… y saldremos nuevamente hasta que seamos todos, miles, millones los que ya no dejaremos las calles y entonces, entonces…