Anoche una fiesta masiva en el barrio Bellavista terminó con tres detenidos. Eran cientos de jóvenes con vasos de cerveza y sin mascarillas celebrando las llegadas futboleras de Chile contra Brasil. Y aunque Chile perdió, los jóvenes tenían motivos para celebrar. No había moros en la costa, ni fuerzas especiales, ni carabineros de ronda, ni autoridad sanitaria cursando partes. Cuadras arriba, contingentes de pacos amedrentaban al pueblo por luchar.
Hoy las autoridades hablaron de los sucedido. Les faltó bostezar para mostrar su absoluta displicencia por lo ocurrido. “Nos parece lamentable que sigan ocurriendo fiestas como la de ayer, estas situaciones son gravísimas”, se limitó a decir Paula Daza, la subsecretaria de Salud Pública.
Con no más ánimo el Ministro del Interior, Rodrigo Delgado, señaló que era “lamentable que estando en una fase final de vacunación, que las curvas están bajando en número de contagios, se vean este tipo de imágenes…esa imagen la queremos evitar en una fiesta, pero también en una marcha o situación que pueda ser compleja para la salud”.
Ahora que lo señala el sr. Delgado, nos parece interesante el punto. Retrocedamos. Delgado dijo, “esa imagen la queremos evitar en una fiesta, pero también en una marcha o situación que pueda ser compleja para la salud”.
Lo que no se entiende es como cuadras más arriba, tres pelagatos dirían ellos, se manifestaban en Plaza Dignidad cuando llegó un mayúsculo contingente de fuerzas especiales -como suele ser- para reprimirlos y cuadras más abajo, cientos de jóvenes sin mascarillas, sin distancia social alguna a vista y paciencia -las imágenes circulaban ya en redes sociales, los vecinos llamaban a las comisarías, Paz Ciudadana, etc, etc.- de las autoridades, de todas las autoridades, la bacanal campeaba.
¡Sí, sí! Están muy interesados en nuestra salud. Por eso los controles a los trabajadores en las micros, por eso los permisos de comisaría virtual para salir a parar la olla… ¡Están muy interesados en nuestra salud!