Todos íbamos a ser capitalistas

Con casi un millón de jubilados, las AFP y compañías de Seguros no han podido cumplir con el sueño de dar pensiones dignas a los cotizantes. En el pasado prometieron que las pensiones que sacaran las personas serían iguales a sus sueldos, los diarios aclamaban: “chilenos se pensionarían con el 100% de su sueldo el 2020”.

4 de julio de 2021

Hasta 1980, las personas se jubilaban a través de cajas de previsión, las que cotizaban y entregaban las jubilaciones en un sistema de reparto, donde los mismos cotizantes pagaban las pensiones de los que dejaban de trabajar. Muchos acusaban que este sistema era clientelista, pues los políticos de turno daban regalías a los sectores que les convenían. La dictadura militar y sus esbirros, entre ellos José Piñera, planearon dejar al mercado el dinero de los cotizantes y mantener un control político de las pensiones de las fuerzas armadas y otros, mediante Capredena y Dipreca. A fines de 1980 comenzó a hacerse efectivo el sistema de AFP y en 1982, se hace universal para los trabajadores. El mercado en forma voraz, capta las cotizaciones y las va repartiendo entre las empresas, que incrementan ese dinero. Es un “círculo virtuoso”, donde todos deberían ganar. En la realidad no es así, pues los mismos que componen el gobierno luego pasan a ser parte de las AFP y los que fueron parte de las AFP, integran los gobiernos de turno, de manera que todo se transforma en cómo sacar más dinero de los trabajadores y traspasar dinero a empresas para que se capitalicen y se expandan.

No sólo la dictadura militar, que creó esta especie de “estafa de pirámide”, sacó dividendos, al igual que los civiles y militares que la componían. Los gobiernos posteriores, uno a uno, fueron sosteniendo la estafa y perfeccionándola. Patricio Aylwin, democratacristiano, en 1994, hace que el Banco Central deje de proteger los títulos de inversión. Eduardo Frei, democratacristiano, en 1999, traspasa las pérdidas de las AFP con la renta negativa. Ricardo Lagos, socialista, en el 2002, crea los multifondos y aparecen las comisiones fantasmas. Michelle Bachelet, socialista, permitió el ingreso de las compañías de seguro. Sebastián Piñera, Renovación Nacional, en 2011, hace que las AFP dejen de pagar multas por no cumplir con la rentabilidad.

Todos los políticos y las grandes empresas chilenas están metidos en esta “estafa”, han sacado grandes sumas e invertido en el extranjero, han ganado dinero exponencialmente con el dinero de los trabajadores, y cuando lo devuelven a las arcas, no es la misma cantidad.

Volvamos a hoy día, el 50% de los que se han jubilado tiene una pensión inferior a 215 mil pesos, de verdad solo sería 154 mil pesos, pues se suma el aporte previsional solidario estatal. Y el 80%, obtiene una jubilación menor a 330 mil pesos y solo el 12,5% obtiene pensiones superiores a 500 mil pesos, cerca de 122 mil personas. Es un desastre total.

En cuarenta años, el sistema de jubilaciones colapsó y no sirve. Para los grupos económicos y los políticos de todo el espectro, ha sido genial y quieren seguir avalándolo. Es un robo a la clase trabajadora.

Al tener a los militares en el sistema de reparto, los controlan políticamente con el dinero y regalías. Así mantienen una fuerza represora a su merced y que no forma parte de la clase trabajadora.

Está claro que deben desaparecer las AFP y algo más.