¿Guión para una sociedad distópica?

Podría ser el guión para una película futurista, sin utopía, donde todo acabó para el ser humano. Pero ¡no! son las formas que adquiere la explotación de una clase contra otra. En Colombia, la empresa de reparto Rappi dará vacunas a los trabajadores con más entregas. Y solo hay dos mil dosis.

Imagínese un gran e iluminado supermercado repleto de jóvenes con cascos de moto en los brazos, corriendo para llenar el carro del supermercado. Imagínese el estacionamiento subterráneo de ese mismo supermercado lleno de motos aparcadas. Todas ellas, dotadas de pequeñas maletas para trasladar las compras: yogurt, whisky, tabaco, jugos frescos, mantequilla.

Imaginen entonces que como insectos voladores, esos jóvenes raudos salen del supermercado para dirigirse a distintos puntos de los barrios más exclusivos de la ciudad. Deben correr por su vida, si no superan a sus compañeros en la cantidad de entregas diarias, no recibirán la vacuna contra un virus que es pandemia mundial.

Sí, podría ser el guión para una película sobre un futuro distópico. Pero esta es la  historia de los trabajadores, la historia de la explotación de una clase sobre otra. Con la pandemia esta explotación ha adquirido nuevas formas

En Colombia estalló la escandalera luego de que se supiera que la empresa de entregas a domicilio Rappi dará vacunas a los trabajadores que más entregas hagan diariamente. Esto luego que el presidente Iván Duque implementara el programa «empresas por la vacunación» para que los empresarios hicieran con ellas, lo que mejor estimaran. Y Rappi, la empresa de delivery, no encontró nada mejor que premiar a sus trabajadores con la vida o la muerte, según la eficiencia de sus entregas.

Rappi, fue una de las casi 6.000 empresas colombianas que iniciaron el trámite para asegurarse dosis de la vacuna antiCOVID producida por el laboratorio chino Sinovac. La empresa asiática envió entre el 26 y el 28 de junio dos cargamentos totalizando 1,5 millones de dosis para distribuir en el sector privado colombiano.

Pero lo peor fue la explicación dada por el director de Asuntos Públicos de la empresa, Juan Sebastián Rozo. «Están siendo priorizados los repartidores que más presten el servicio. Van a ser priorizados los que más órdenes hagan, quiénes más estén conectados. Nuestro objetivo es darles herramientas de protección a los repartidores que más prestan el servicio», explicó.

El ejecutivo informó que las dosis adquiridas no abarcarán a todos los repartidores de la plataforma. Mientras hay unos 40.000 rappitenderos registrados, solo fueron adquiridas dosis para 2.000 de ellos.

Es importante señalar que en tiempos de pandemia, las plataformas que prestan servicios de este tipo, sin seguridad laboral, sin contratos, sin jornadas labores, sin posibilidad de sindicalización, aumentó de 124 a 777 en el mundo entero. Y las jornada laborales para estos trabajadores puede llegar a las 65 horas semanales, según datos entregados por la Organización Internacional del Trabajo OIT.