El gobierno de Bolsonaro pidió que se les diera un dólar por vacuna que se les comprara. El encargado del soborno era el jefe de logística del Ministerio de Salud de Brasil.
Como dicen por ahí, en todas partes se “cuecen habas”, y Brasil no es la excepción. En medio de la grave crisis pandémica que afecta al país, incrementada con el negacionismo de Bolsonaro. Según su opinión el covid era como un resfriado, paralizando con ello la llegada de las vacunas y provocando la mortandad de brasileños, que lo elevan a uno de los países más golpeados por la pandemia. Con la baja de la popularidad y los posibles requerimientos en su contra, Bolsonaro deja de bloquear el acceso a las vacunas.
El ministerio de salud de Brasil comienza la negociación por la compra de vacunas. En una de estas negociaciones, exactamente con la empresa Davati Medical Supply que negociaba 400 millones de dosis de la vacuna AstraZeneca con un costo de US $ 3,5 cada una. El representante de la empresa negoció con el director de logística del ministerio de salud de Brasil, Roberto Ferreira, en un restaurante de Brasilia, y allí el funcionario le había pedido 1 dólar por dosis para firmar un contrato con el ministerio de salud. Esto quedó en nada, pues rechazó el soborno, luego la vacuna presentó un costo de US $ 15,5 cada una.
Pero esto no queda allí, se teme que la aprobación de la vacuna india Covaxin haya tenido el mismo camino, pues se acusaron presiones para liberar su importación y el contrato fue hecho en tiempo record. Se pagó US $ 15 por cada dosis.
Paralización de los contratos e investigaciones son parte de el acontecer diario sanitario, más que las muertes que se siguen sucediendo. Lo que está afectando al gobierno de Bolsonaro, es que afecta a partidarios y aliados políticos, demostrando que la corrupción es parte de su proceder, al igual que otros gobiernos que decía rechazar.