Romario Veloz marchó con nosotros

Durante el levantamiento popular que se inició el 18 de octubre del 2019, murió Romario Veloz. Para muchos, es un extranjero. Para nuestro pueblo uno más de nuestra clase. El disparo de un milico terminó con su vida.

26 de junio de 2021

Romario Veloz Cortez, llegó a Chile a los 9 años desde Ecuador y se asentó en Antofagasta. Más que un extranjero, como muchos de los que llegan siendo pequeños a un lugar, se sentía antofagastino. Sus aficiones era la música y el hip-hop. En el 2019, se trasladó a La Serena donde vivía su madre, para estudiar ingeniería en Inacap. Tuvo una hija que tiene seis años.

El 20 de octubre del 2019, Romario al igual que miles de jóvenes, sin pretensiones políticas, pero con ganas de sumarse a la marcha de “los que sobran”, se unió a su pueblo.

En el intertanto, el gobierno había declarado la guerra a ese pueblo, y que aún no ha culminado. Una unidad fundamental de emergencia, creadas en el 2015 con el fin de ayudar en las reiteradas emergencias y compuestas de 80 a 100 hombres que no tienen como tarea atacar a sus conciudadanos, fue asignada a la protección del mall Plaza La Serena. Veinticinco militares a cargo un capitán, José Faúndez Sepúlveda, estaban allí cuando pasaba la marcha por la ruta 5. En la marcha iba Romario.

Los manifestantes increparon a los militares, no sólo por defender un recinto privado como si fueran guardias comunes, sino también porque ostentaban sus armas contra la gente. Atemorizado, el jefe de la unidad dio la orden de fuego. Hirieron a Rolando Robledo, uno de los manifestantes, y escaparon.

La situación se repite poco después. La gente le enrostra a los militares su actitud. Los miedosos efectivos se envalentonan entre ellos. Quieren avanzar sobre la muchedumbre. Pero como no son valientes, otra vez José Faúndez ordena disparar. Cae herido César Véliz y Romario Veloz recibe una bala en su cuello que le causaría la muerte.

Durante estos meses Mery Cortez, la madre de Romario, ha buscado justicia para el crimen de su hijo. José Faúndez fue formalizado por el delito de homicidio simple, homicidio frustrado y violencia innecesaria y se mantiene en prisión preventiva en el regimiento Nº 21 Coquimbo. Sin embargo, el ejército no lo ha dado de baja e incluso paga su defensa.

La persecución penal no solo debe ser al capitán, sino al alto mando del ejército y a los todos funcionarios del gobierno que dieron la orden de disparar al pueblo desarmado.

Murió marchando con nuestro pueblo, lo reivindicamos como nuestro.

Como expresó su madre: “A mi hijo lo mataron por ser negro, pobre y extranjero”.