César Mallea, comerciante, fue detenido el 25 de octubre del 2019 durante el toque de queda. Volvía de visitar a su hija. Lo detuvieron a la una de la madrugada. Unas horas después aparece semicolgado del calabozo de la 56º comisaria de Peñaflor. Según carabineros, se colgó con la cinta de la frazada que le habían entregado.
Carabineros llama a los familiares a las cuatro cuarenta y cinco de la mañana y les comunican que estaba muerto. Se dirigen a la comisaría, y constatan que el cuerpo presenta moretones en la cara y en la espalda. Cuando un familiar que ayudó a ponerlo en una bolsa en la comisaría, pregunta por los hematomas, un carabinero le dice: “ya, rapidito a la bolsa, no haga atado, hagámoslo rápido”.
Existen inconsistencias en los hechos relatados por carabineros. César ingresa con un tipo de ropa y el cadáver lleva otra ropa, las cámaras de video tuvieron un desperfecto en los momentos de su muerte, indican como lugar de muerte el hospital de Peñaflor, indican que había antecedentes de intento de suicidio anteriores, lo que la familia negó.
En marzo del 2021, se cambió la caratulización de suicido a homicidio por omisión por muerte en custodia.
Para algunos, quizás no corresponde con los muertos durante este período de levantamiento popular o estallido social, pero sí lo es, pues para las fuerzas que reprimieron a la ciudadanía todos los chilenos éramos sus enemigos, estuvieran en una barricada o caminaran por una calle. La impunidad de hecho, otorgada por el Estado a sus funcionarios significó que actuaran sin miramientos ante cualquier posible provocación en su contra y pudieran encubrir maltratos sin que sean juzgados por ello. Todo esto bajo el estado de excepción.
La familia de César Mallea sigue esperando justicia al igual que todo nuestro pueblo.