Los resultados de los estudios efectuados por los científicos cubanos se basan en la tercera fase de ensayos con la participación de 48 mil voluntarios en las provincias de Granma, Guantánamo y Santiago, el oriente de la isla. La vacuna Abdala está diseñada para ser administrada en tres dosis, cada 14 días.
La efectividad de las vacunas mide la probabilidad para evitar el contagio, sintomatología leve o grave, hospitalización o muerte. El porcentaje global da una idea general de la eficacia de la vacuna. En ese plano, Abdala es superada por la vacuna Pfizer, con 95% y Moderna, con 94%. Ambas usan el mecanismo del ARN mensajero. Está por encima de la Sputnik V, producida en Rusia, con 91% y supere con creces a la vacuna Astra Zeneca, de amplia aplicación en el mundo; y contrasta con el compuesto de Sinovac, la más usada en Chile, que alcanza sólo 49,62%.
La noticia de los resultados de los estudios de Abdala coincide con los datos recogidos sobre otro candidato cubano, Soberana 02, elaborado por el Instituto Finlay. En su esquema con dos dosis, la vacuna alcanza 62%. Sin embargo, los científicos cubanos estiman que, con la aplicación de una dosis de refuerzo especial, Soberana Plus, se va a superar el 90% de efectividad.
Los logros de la ciencia y del sistema de salud cubanos no tienen parangón en América Latina y los países en desarrollo. Los avances se realizan en medio de las restricciones de la guerra económica de Estados Unidos en contra de Cuba, que afecta, entre otros aspectos, el acceso a equipamiento y materiales para la producción de medicamentos, los obstáculos para el intercambio académico y científico, y que incluye sanciones y represalias para entidades internacionales que colaboren con el desarrollo farmacéutico en la isla.