Cambiarlo todo

El 20 de octubre del 2019, Alex Núñez es golpeado con palos y patadas por pacos que trataban de reprimir protestas cerca de la estación del metro El Sol. Carabineros encubrió a quienes mataron al obrero.

Alex Andrés Núñez Sandoval se acercaba a los 40 años de edad, era electricista y tenía tres hijos. Al igual que muchos de sus vecinos había salido a protestar. Vivía en Maipú, cerca de la estación El Sol, es allí donde lo cercan los pacos de la 25 comisaría y le dan golpes con bastones y patadas. Lo dejan con un edema cerebral, un tec cerrado, fractura de cráneo y problemas en los pulmones. Murió al día siguiente en la Posta Central.

Por parte de los pacos, desde su jefe para abajo todos han mentido y ocultado la identidad de los que mataron a Alex. El jefe de los pacos, Mario Rozas, salió diciendo que era difícil dar con los responsables. La paca, mayor Patricia Bonilla, que trabajaba en la fiscalía administrativa, dijo no acordarse de nombres y que no estaba protegiendo a nadie. Un testigo de los hechos diría: “Observé como tres carabineros golpeaban con lumas y patadas a una persona en el piso en posición fetal”

Estarían implicados: el subteniente Gary Valenzuela, el teniente Eduardo Toledo, el suboficial Orlando Sepúlveda y el cabo segundo José Ramírez, quienes trataron de coludirse y eludir su participación en los hechos. Ninguno ha sido procesado por este caso. Incluso uno de ellos, Gary Valenzuela, el 2020 mataría a una carabinera, Norma Vásquez.

Como este hecho, que no tienen justicia hay otros muchos más. El gobierno que protege a asesinos, los asesinos que protegen al gobierno, alguien diría un círculo virtuoso del mal. La lentitud e inoperancia para buscar a los culpables se compara con la rapidez para detener y mantener presos a manifestantes del levantamiento popular.

Podemos saber claramente quienes son los culpables: el gobierno, Piñera, los políticos, los jueces y los carabineros. Toda una manga de corruptos y enajenados por el poder. No calculan, ni les interesa saber la pena y la desgracia de la pérdida de un familiar.

Casos como este, indican que hay que cambiarlo todo, de otra manera, no cambiará nada.