Es interesante como la derecha chilena celebra un triunfo que no es de ella. Mientras, los ganadores celebran de manera reservada, pues ven que algo no se ajusta a su esquema. Ninguno considera lo que quiere el pueblo.
Si entramos a ver las cifras de las segundas votaciones por la gobernación en Santiago, es escalofriante lo que trasunta. Orrego, sumando a la ex concertación y la derecha, apenas logra el 13% de la votación, a eso se han reducido los dos grandes bloques políticos que gobernaron a Chile por 30 años. Y sumando a los jóvenes pro-concertacionistas del Frente Amplio y demases, alcanzan la estratosférica, monumental e impresionante suma del 25% de la votación total. Poniéndonos serios, a la derecha no le alcanza ni para presentar un candidato presidencial, e incluso unidos a la ex concertación con el frente amplio estarían en un déficit de votos.
Al otro lado, “un enemigo poderoso” los acecha, y sabe lo que quiere.
Ya está rayada la cancha para los políticos, desde el levantamiento popular.
Queremos que:
Hagan lo que hagan, piensen lo que piensen, nada les resultará si no cumplen con lo que el pueblo quiere. El pueblo dejó claro lo que quiere un 18 de octubre del 2019.