Justicia para Fabiola Campillai

Se van a cumplir dos años del disparo de una lacrimógena a la cara de Fabiola Campillai. Están todos los antecedentes y pruebas para culpar al capitán de carabineros Patricio Maturana. La justicia sigue dilatando el proceso.

Una mujer trabajadora salía de su casa, rauda para tomar el bus que la llevaría a su trabajo en la empresa Carozzi. Era el martes 26 de noviembre del 2019 y como en todas partes del país, nuestro pueblo seguía protestando por sus demandas y derechos, la comuna de San Bernardo en esencia de clase proletaria, no era la excepción. En las cercanías, piquetes de pacos trataban de reprimir a personas que protestaban, disparando balines y gases lacrimógenos, como si fuera un juego.

La mujer trabajadora, se llama Fabiola Campillai, va acompañada de su hermana, son cerca de las 8 de la tarde, va saliendo de su pasaje y recibe el impacto de una bomba lacrimógena en su rostro. El impacto le destroza la cara, las fracturas son múltiples, queda entre la vida y la muerte. Se salva, pero queda ciega y con secuelas.

Carabineros, en un primer momento plantea que fueron los manifestantes, que ellos no estaban allí, luego, dice que no saben qué carabineros se encontraban en el lugar, ocultan los videos. Al final, todo sale a la luz. Los carabineros con la intención de hacer daño a las personas que le gritaban en el lugar, disparaban balines y lacrimógenas sin ser necesario. El que disparó fue el capitán de carabineros Patricio Maturana.

Patricio Maturana, fue formalizado por apremios ilegítimos con resultado de lesiones graves gravísimas.

Si repudiable es el acto en sí mismo, lo es más la denegación de justicia. Van a cumplirse dos años del ataque y el agresor no es juzgado. El Ministerio Público, la fiscalía como en muchas otras causas del levantamiento popular ha actuado con indolencia y a favor de los funcionarios del Estado. Una vez más la justicia exhibe su sesgo de clase.

El paco sigue cobrando su sueldo, en arresto domiciliario, sin que lo hayan expulsado de la institución.

No hay justicia para Fabiola Campillai.