El tsunami rojo

El senador Francisco Chahuán de Renovación Nacional llamó a la derecha y al centro a unirse para evitar un «tsunami rojo» de extrema izquierda.

Chahuán dijo que Concertación y derecha deberían apoyarse mutuamente para evitar que “la extrema izquierda” gane en la segunda vuelta de las elecciones de gobernadores. A falta de más precisiones, sólo cabe aventurar que se refiere a las contiendas en las regiones Metropolitana, de Coquimbo y Tarapacá. Si fuera así, el bueno de Chahuán estaría ofreciendo, más que pidiendo, votos, porque la derecha no figura en ninguna de esas competencias.

Pero la cosa no queda ahí: dice que lo mismo podría hacerse para la Convención Constitucional y las elecciones parlamentarias y presidenciales de noviembre. Lo que tiene en mente es el renacimiento de la Confederación Democrática, la alianza entre el Partido Nacional y la DC en contra de la Unidad Popular en 1973. “Quiero que con la ex Concertación seamos capaces de enfrentar unidos el proceso y evitar el tsunami rojo de extrema izquierda”. Lo único malo, Chahuán, es que esa alianza no lo hicieron más porque, al menos en las elecciones,  las parlamentarias de marzo del ‘73, fracasó estrepitosamente en su objetivo de sacar al presidente Allende. Después sí lo lograron, todos juntos, pero de otra forma. ¿Se acuerda, Chahuán?

Al tsunami rojo no lo van a parar así. Es como si alguien quisiera detener un tsunami real con unas bolsas plásticas o un balde, de esos que usan los niños en la playa. No se puede, nomás. Porque esto no tiene que ver con los partidos del régimen, ni los de izquierda, de centro o de derecha. El tsunami, si usted quiere, rojo, es un pueblo entero que los va a aplastar, hagan lo que hagan. Aunque, pensándolo bien, igual hay una solución… correr, correr, y no parar, hasta llegar la punta del cerro o la quebrada del ají.