¿Y dónde estaba la iglesia?

Esta semana la iglesia católica a través de la conferencia episcopal sacó la voz para decir que el matrimonio verdadero es entre un hombre y una mujer.

6 de junio de 2021

En su discurso, Piñera instaló una iniciativa que sabía era polémica y llevaría a la discusión, un volador de luces para distraer a la gente de la sarta de engaños que lanzó. Algunos estaban contentos, como si fuera la primera vez que se dice que se va a hacer efectivo lo dicho, otros rasgaron vestiduras, ultrajados por algo que no es natural, y en esa posición apareció la iglesia católica. La mayoría del pueblo sabe que esos temas desencadenan la confrontación, pero no son los principales.

La iglesia católica, durante la dictadura militar, tuvo un rol importante en la protección activa de los derechos humanos, sobre todo en las poblaciones. No fueron todos, pero una cantidad significativa de curas amparó y solidarizó con su pueblo. Con la asunción al poder de Aylwin, otra vez tomó su rol más conservador, dando lugar privilegiado a sectas como el Opus Dei o Schoenstatt. Unas décadas después, se comenzó a descubrir las perversiones que se escondían en las diversas órdenes, lo que generó entre las personas un descrédito hacia las religiones y a ésta en particular. Esto la llevó a perder feligreses, disminuyó el número de sacerdotes y han tratado de esconderse del chaparrón no metiéndose en la política contingente. Ahora, cuando sus feligreses más poderosos les incitan a sacar la voz, no dudan en hacerlo. Bien podrían haberlo hecho para defender a su pueblo, no lo hicieron, prefirieron callar; no era tan importante sacar la voz para defender los derechos humanos, criticar al gobierno criminal, por último, hacer una declaración escrita.

Hoy el escenario es muy distinto. Ya no tienen el poder que tuvieron algún día en el país.