Duque al borde de la cornisa

Duque quiere apostar al desgaste luego de un mes y días de paro nacional en Colombia. Sí, es que ha demostrado no tener capacidad para otra cosas que dejarle al tiempo, lo que el tiempo pueda hacer. El problema es que le puede salir el tiro por la culata. Hasta hoy, el mandatario tiene la suerte de contar con un interlocutor dispuesto a dialogar: el Comité Nacional del Paro. Pero Duque, como apostador de póker, apuesta, pero no apuesta bien. Ahora salió con que los bloqueos no son moneda de cambio para una negociación. Hace una semana lo eran. Así las cosas, el arma de Duque apunta a sus pies.

Duque se está dando algunos gustitos, pero está entendiendo su escenario político muy mal, nuevamente.  El Comité del Paro ha dado señales de “ buena voluntad” para un acercamiento que lo ayude a salir de la crisis.  Este fin de semana puso sobre la mesa el desbloqueo de 40 puntos de ruta.  Una cantidad significativa, pero solo significativa. Los bloqueos, ha entendido el pueblo, son un mecanismo de lucha. Paran ellos, para la economía. Le dan al régimen allí donde más le duele.

Y Duque, aunque parezca novato, no lo es tanto. Sabe bien que no depende del Comité el despeje de todos los puntos de resistencia del pueblo.  Pero aun así, el Comité es hoy por hoy el único interlocutor para avanzar en una salida a la crisis. Al menos en lo formal.   No parece prudente,  entonces, negarles el punto. Así Duque se apunta a los pies al ningunear al interlocutor. Pero bueno, así es cuando el régimen cae en picada.

“Los bloqueos no son un tema de negociación, no son un tema de trueque, ni mucho menos de transacción. Tienen que ser rechazados por todos”, señaló el mandatario en el marco del XIV Congreso Internacional FIAP. Así Duque manda un mensaje de que no dará su brazo a torcer mientras haya bloqueos de ruta. La semana pasada, sí eran un punto para negociar. El mandatario quiere sentarse a dialogar cuando el pueblo vuelva a sus puestos de trabajo, o máxime, si el pueblo sigue en las calles, pero, tocando batucadas.

Insistimos, aún Duque cuenta con un interlocutor. Tiene suerte. Pero dice el dicho, que no hay que tentar a la suerte…la caja de Pandora en Colombia se abrió hace un mes. Parece que Duque no entiende que el pueblo colombiano tiene todavía más de una sorpresa que poner sobre la mesa.