Miles de manifestantes se reunieron en las distintas ciudades de Brasil, para manifestarse contra el presidente Jair Bolsonaro, pedían acelerar el proceso de vacunación y el juicio político al mandatario.
Bolsonaro se encuentra en el nivel más bajo de popularidad desde que comenzó su mandato, un 24%. Incluso, un alto porcentaje de los brasileños apoya la destitución del mandatario.
Todo esto se debe a la inadecuada dirección que le ha dado a la política en general, y sobre todo a la mala gestión de la crisis sanitaria. Aquí es donde más repercute su errático deambular, pues ha estado en contra de la vacunación, decía que no servía para nada y que se podía curar tomando cloroquina, se negó a comprar vacunas chinas, y promueve la apertura de las ciudades, diciendo que la cuarentena atenta contra las libertades de las personas.
Es un cúmulo de políticas que atentan contra las personas, lo que han movilizado a los brasileños. Bolsonaro ha querido masificar la adquisición de armas entre civiles, ha puesto en ministerios a militares activos, ha manejado al poder judicial, ha apoyado totalmente a la policía cuando ha matado a personas, todos los contrarios son “comunistas”, ha sumido a Brasil en una crisis económica y ha tenido una conducción nefasta en la crisis sanitaria.
Los manifestantes se reunieron en las principales ciudades del país, aglutinando las demandas más sentidas durante estos últimos meses, exigían “vacuna ahora” y también se reflejaba la crítica a la política económica con la frase “cementerio lleno, refrigerador vacío”.
Brasil, va raudamente al cambio del régimen de Bolsonaro, aunque se percibe a Lula da Silva como el posible reemplazante, eso no significa que pueda lidiar adecuadamente con las crisis que asolan el continente.