Caen por su propio peso

Arturo Murillo, ex ministro del Interior de Bolivia, durante el gobierno de Jeanine Añez, fue arrestado en Miami acusado de lavado de dinero y de soborno. Había huido a Estados Unidos para librarse de la cárcel en su país.

29 de mayo de 2021

El Departamento de Justicia estadounidense lo acusa de recibir 602.000 dólares en sobornos, por parte de la empresa Bravo Tactical Solutions que sirvió de intermediaria para la compra de gas lacrimógeno y equipamiento no letal para reprimir al pueblo boliviano. El problema, es que ese intermediario tiene su sede en Florida, y “lavaron el dinero” obtenido en bancos del lugar y luego le pagaron a Murillo, por esa razón son perseguidos judicialmente. El costo total de lo comprado fue 5,6 millones de dólares, de los cuales 2,3 millones engrosaron los bolsillos de los intermediarios y de allí salió el pago del soborno, al final el pago real de lo comprado era 3,3 millones de dólares.

Murillo, apenas se inicia el cambio de gobierno de Bolivia, huye a Estados Unidos, pues temía que lo persiguieran y metieran en la cárcel por los abusos de su gobierno cuando estuvieron en el poder. Bolivia por sus parte, pedirá la extradición de Murillo, con el fin de ponerlo a disposición de la justicia, para que enfrente su culpabilidad por la represión de las protestas y la muerte de cerca de 30 personas.

Juraban ante la biblia, que se habían desembarazado del régimen corrupto de Evo Morales y que ellos eran los buenos. Parece ser que no basta con jurar y rejurar sobre la biblia, como lo vemos en el caso de Añez y ahora de Murillo, el dinero era realmente lo que los movía.