Se abre una nueva crisis entre España y Marruecos. La disputa se realiza por medio de un drama humanitario. 8 mil migrantes de diversos países africanos llegaron al enclave español de Ceuta. Madrid desplegó al ejército para detenerlos y devolverlos a Marruecos.
Miles de migrantes se han agolpado en pocos días en la costas de Ceuta, un pequeño enclave español, junto a Melilla, en la costa mediterránea del noroeste de África. Todo indica -y así lo denuncia Madrid- que las autoridades marroquíes han facilitado su cruce de la frontera entre ese país y el territorio español.
La medida sería una represalia por el hecho de que España autorizó que se atendiera en su país el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática y líder del Frente Polisario, Brahim Gahli, afectado por Covid-19. El episodio agita nuevamente la disputa por la posición española frente a la ocupación marroquí del territorio del Sahara Occidental.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, declaró que actuará “con la máxima firmeza” para detener el ingreso de inmigrantes y responder a la provocación marroquí. Madrid desplegó fuerzas militares para detener a los migrantes que se acercan nadando o en improvisadas balsas a la línea costera de Ceuta. Este martes, los efectivos reprimieron duramente a centenares de migrantes, antes de arrestarlos y devolverlos a Marruecos.
El conflicto parece convertirse en un ejemplo de una nueva forma de guerra “humanitaria”: en vez de balas o amenazas bélicas abiertas, se libra sobre las espaldas de seres humanos pobres e inermes.