¡Sí! apagando el fuego con bencina. Recién este lunes se sentarían a negociar “una tregua” con el Comité Nacional del Paro. Sin embargo, la orden de Duque de desplegar “la máxima capacidad operacional” para desbloquear las rutas tomadas desde el 28 de abril no ayuda a la convocatoria. Es bien cierto que no se puede estar con dios y el diablo a la vez. Esta vez, los gremios ganan el gallito, pero el país entero sigue en las calles. Se acercan días de coraje para el pueblo colombiano, pero el régimen, también como acá, va en caída libre.
Por hoy, el gallito lo ganan los gremios. Duque cedió a la presión de las patronales y anunció en cadena nacional que se desplegará la “máxima capacidad operacional” para despejar las principales vías tomadas por los movilizados con objeto de asegurar el abastecimiento de insumos a los centros urbanos. Una preocupación singular, considerando que, en Colombia, como en el resto de nuestra América Latina, el abastecimiento -las riquezas nacionales- las concentra un 5% de la población.
“Hemos dado instrucciones a todos los niveles de fuerza pública para que en los territorios de Colombia, con gobernadores y alcaldes, desplieguen su máxima capacidad operacional para que, dentro de la proporcionalidad y dentro del estricto cumplimiento de los derechos humanos y su protección, le permitan a todos los colombianos recuperar la movilidad, el bienestar”, aseveró Duque.
Duque por supuesto acudió a la manida frase del “fundamento constitucional para la protesta pacífica” sin demorar en calificar de “ilegales” a los bloqueos: “hay un claro interés criminal de afectar y sabotear la economía y el desarrollo social de muchísimas poblaciones.”
Sí, aunque quiera hacer el ejercicio, bien es cierto que no se puede estar con dios y el diablo a la vez. Horas antes había convocado a La Mesa de Evaluación de las Garantías para las Manifestaciones Públicas. Algo así como nuestras conocidas mesas de diálogo o mesas de trabajo. Un guiño, vacío, al Comité Nacional del Paro y otros sectores de la sociedad para avanzar en una salida “a la crisis”.
Así las cosas, es cuestión de tiempo. Las calles en Colombia no se mueven ni una pestaña. Ni el ánimo, ni la fuerza, ni la decisión de su pueblo. Como broche, hoy en la localidad de Kennedy, al suroriente de Bogotá, jóvenes pertenecientes a las “primera línea” bloquearon el ingreso al Portal de las Américas, una de las estaciones cabecera del TransMilenio. Llegó la Esmad a reprimir pero los vecinos del sector no tardaron en realizar una cadena humana para proteger a sus muchachos.
No! no está el horno para bollos aunque Duque quiera echar fuego sobre fuego.