El 12 de mayo se jugaron partidos de la Copa Libertadores, querían seguir dando “pan y circo” al pueblo, aún en los momentos más álgidos de las movilizaciones en Colombia. Manifestantes trataron de impedir los eventos con carteles que decían “sin justicia no hay fútbol”.
Desde los tiempos del Imperio Romano, se utiliza el deporte y el alimento, como herramienta para distraer de los acontecimientos que suceden en un país. La frase “pan y circo” acuñada por el poeta romano Juvenal, al igual que hoy, se refería a la alienación que sufría el pueblo cuando se le daba alimento gratuito y entretenimiento, con el fin de distraerlos de los acontecimientos políticos que sucedían. O, lo que el intelectual Noam Chomsky llamó: la estrategia de la distracción.
En la sociedad actual no es casual que muchos políticos que quieren acceder al poder sean dueños de clubes deportivos, de empresas televisivas, y otros medios de entretenimiento. Como en Roma, utilizan el circo para hacer sus campañas y maquinaciones políticas. Todo esto no podría llevarse a cabo si los mismos protagonistas del circo, no actuaran de manera alienada, como si habitaran un mundo de “Bilz y Pap” ajenos a la realidad. Da igual lo que ocurra en el mundo, en la televisión siguen hablando del cambio de look de una actriz, o si tal actor se echó o no una canita al aire . En el fútbol, sus deportistas aparecen como seres mudos o casi básicos en el hablar, porque no importa lo que digan, sino que jueguen.
El fútbol en nuestras latitudes, manejado por el poder empresarial, forma parte del circo con que nos quieren distraer.
Lo sucedido en Colombia, demuestra esto. En la ciudad de Pereira y Barranquilla se jugaron partidos por la Copa Libertadores, allí hubo manifestaciones para pedir que no se jugaran los partidos, sus carteles decían “sin justicia no hay fútbol”, pero fueron reprimidos y los gases lacrimógenos incluso afectaron a los jugadores. La Conmebol fue más lejos y amenazó con sanciones a un club si no se presentaba, el club en cuestión planteaba que no había condiciones. Al final, primó el dinero.
Como queda queda patente en Chile y Colombia, cuando “el pan y circo” ya no es aceptado por las personas, lo único que resta es la represión sin límites y el derrumbe inminente del sistema político.