Mientras los partidos ya negocian con el régimen de Duque-Uribe, el pueblo sigue en las calles, aguantando la represión de policías, militares y sicarios privados.
En Colombia continúa la rebelión popular iniciada con el paro nacional a fines de abril. Las principales ciudades están bloqueadas, mientras el pueblo combate en las calles una feroz represión. El gobierno pretende salvar la situación con diálogo con los partidos. Las centrales sindicales también se aprestan a negociar. Tal como ha ocurrido con los levantamientos en Ecuador en 2019, en Perú en 2020 y, ciertamente, en Chile, hay muchos “dirigentes sociales” que apoyan ese juego.
Pintada en la carretera, un mensaje de validez universal.