Más limoná que chicha

Las dirigencias gustan de los salones. Y en estos apetitos, la presidenta de la CUT no se queda atrás. Entretanto, este Primero de Mayo da cuenta de la independencia de clase de los trabajadores, que se movilizaron en los territorios mientras ella hablaba telemáticamente desde la capital.

Este primero de mayo, como viene sucediendo durante la última década, la CUT y su convocatoria no fue ni chicha ni limoná. Aunque más bien, fue bien de limoná. Al menos su «huelga sanitaria» fue útil para que Bárbara Figueroa, pudiese ir al Palacio a lloriquear por unos bonos y para que hoy, Primero de Mayo pudiese dar un discurso.

¡Sí! Porque, hoy, Primero de Mayo, día en que en los trabajadores del mundo se toman las calles y enfrentan a las policías, Figueroa habló por zoom, flanqueada por una especie de guardia pretoriana que nadie sabe de dónde salió.

«Tuvo que llegar la huelga para que el Presidente entendiera que es necesario el diálogo y que vivimos una crisis. Fue la convocatoria a la huelga sanitaria la que dio paso a una reunión para poder abordar, luego de un año, medidas universales para enfrentar la crisis cuando distintos actores veníamos señalando desde el 2020 la necesidad de una Renta Básica de Emergencia, salario mínimo sobre la línea de la pobreza, congelamiento del precio de los alimentos…” lanzó media furibunda, media tibia la dirigenta.

La presidenta de la CUT es oportunista y tiene poco pudor. Figueroa tiró toda la carne a la parrilla. ¡Y qué carne! Huele a podrido.

¡Sí! Así como las dirigencias gustan de los salones, también necesitan que el pueblo comulgue con su rueda de carreta. Señora Figueroa, sería bueno que no perdiera de vista que fue un país movilizado, trabajadores portuarios y pobladores auto convocados, los que golpearon la mesa para exigir los recursos expropiados por las AFP y no su llamado a huelga sanitaria. Esta sólo le permitió a usted, reiteramos, pisar nuevamente las suaves alfombras de palacio.

Pero allende lo salones, hoy Primero de Mayo «Día de los Trabajadores» a lo largo de Chile y como siempre, con independencia de clase, los trabajadores hacen su experiencia para avanzar hacia el paro final.