A permanecer alertas

Los meses de pobreza, hambre y enfermedad no han menguado la voluntad de luchar de nuestro pueblo. Las movilizaciones por recuperar el 10% robado por las AFPs, o para exigir juicio y castigo al delincuente Pradenas, demuestran la plena vigencia de la fuerza popular. Esa fuerza movilizada le ha torcido la mano al régimen, y ha puesto a tiritar sus tentáculos legislativo y judicial. Sin embargo, no debemos caer en la autocomplacencia enamorándonos de estos triunfos. Hay que permanecer alertas. Hay que forjar la voluntad para ir por todo. La entrega del 10% por parte del régimen, es una medida catastrófica por contener las movilizaciones, que refleja la crisis interna de la clase dominante. Es el bono por término de conflicto con el cual la burguesía espera frenar las demandas populares. Pradenas está preso. Es la tragedia de Ámbar Cornejo la que aún nos conmueve. Su muerte es el desenlace inevitable de un sistema incapaz de proteger a nuestras niñas y niños. Porque Ámbar, digamoslo, era apenas una niña. Ella es la víctima fatal de una justicia arbitraria y clasista. Es la misma justicia que se muestra absolutamente competente al momento de garantizar impunidad a criminales de todo tipo. Y que por el contrario, exhibe una celeridad -¡asombrosa!- a la hora de perseguir y atrapar a quienes luchan por sus derechos. Los sucesos de Curacautín demuestran la crisis al interior del bloque de gobierno. Se trata, sin duda, de una respuesta cobarde y matonesca. Pero también irracional. Es la derecha más recalcitrante buscando instalar una salida que les permita conservar todo como estaba hasta antes del 18/10. Por todo esto. No podemos caer en la autocomplacencia. Tampoco debemos perder de vista a los ahora “oportunos aliados” del movimiento popular: el congreso y la oposición. Recordemos el rol de este mismo…

Los meses de pobreza, hambre y enfermedad no han menguado la voluntad de luchar de nuestro pueblo. Las movilizaciones por recuperar el 10% robado por las AFPs, o para exigir juicio y castigo al delincuente Pradenas, demuestran la plena vigencia de la fuerza popular. Esa fuerza movilizada le ha torcido la mano al régimen, y ha puesto a tiritar sus tentáculos legislativo y judicial.

Sin embargo, no debemos caer en la autocomplacencia enamorándonos de estos triunfos. Hay que permanecer alertas. Hay que forjar la voluntad para ir por todo. La entrega del 10% por parte del régimen, es una medida catastrófica por contener las movilizaciones, que refleja la crisis interna de la clase dominante. Es el bono por término de conflicto con el cual la burguesía espera frenar las demandas populares.

Pradenas está preso. Es la tragedia de Ámbar Cornejo la que aún nos conmueve. Su muerte es el desenlace inevitable de un sistema incapaz de proteger a nuestras niñas y niños. Porque Ámbar, digamoslo, era apenas una niña. Ella es la víctima fatal de una justicia arbitraria y clasista. Es la misma justicia que se muestra absolutamente competente al momento de garantizar impunidad a criminales de todo tipo. Y que por el contrario, exhibe una celeridad -¡asombrosa!- a la hora de perseguir y atrapar a quienes luchan por sus derechos.

Los sucesos de Curacautín demuestran la crisis al interior del bloque de gobierno. Se trata, sin duda, de una respuesta cobarde y matonesca. Pero también irracional. Es la derecha más recalcitrante buscando instalar una salida que les permita conservar todo como estaba hasta antes del 18/10.

Por todo esto. No podemos caer en la autocomplacencia.

Tampoco debemos perder de vista a los ahora “oportunos aliados” del movimiento popular: el congreso y la oposición.

Recordemos el rol de este mismo congreso durante buena parte del año. Cómo estuvieron callados en estos meses, mientras muchos de los nuestros caían enfermos, presos o heridos. Cómo se colgaron del pueblo en la calle para firmar un acuerdo del que no preguntaron a nadie, y que el mismo pueblo se encargó de desahuciar. Tengamos claros que, apenas noten que la movilización popular no se somete a sus intereses, no vacilaran un segundo en correr bajo las faldas del poder ejecutivo, sus policías y sus militares. Así lo hicieron en todos estos meses.

Definitivamente no debemos ser autocomplacientes: NO HEMOS GANADO NADA AÚN. El enemigo sigue gobernando, los criminales siguen impunes. Sin embargo, ya hemos mostrado nuestra fuerza. No importa lo que hagan ellos, ni sus votaciones, ni sus plebiscitos, ni sus convenciones de todo tipo.

Importante es lo que haremos nosotros. Cómo organizar y encauzar nuestra fuerza en las calles Cómo trabajar para que lo espontáneo se traduzca en organización. Partamos por definir tareas, por definir lo pendiente: ¿Qué pasa con los cabildos y asambleas territoriales?, ¿Qué pasa con las ollas comunes?, ¿Qué pasa con la formación de nuevas organizaciones y colectivos?, ¿Podemos formarlas, podemos formar otras, como sindicatos, comités de cesantes o comités por la vivienda?, ¿Hemos empezado a coordinarnos?, ¿Hemos visto planes de acción?, ¿Qué haremos a nivel de territorio, comuna, región?

Los poderes a los que nos enfrentamos siguen permaneciendo intactos. Pero nosotros hemos mostrado nuestra fuerza. Se acerca el momento de las definiciones. Las demandas del pueblo, este régimen no puede satisfacerlas. Eso es archisabido. Por tanto, hay que derrumbar este régimen. Hay que ir por todo.