Frente a la incapacidad del gobierno, ¡sólo el pueblo ayuda al pueblo!

Vivían y trabajaban en Chile. En medio de la crisis decidieron volver a su país. Son decenas de familias bolivianas varadas en Antofagasta. Llevan viajando dos y tres días, la mayor parte del trayecto a dedo. Muchos iniciaron la odisea en Santiago, pero vienen de varios puntos del país.

Un grupo de 155 de ellos se alberga en el Liceo Industrial de Antofagasta (LIA). Otro grupo de 56 fue devuelto desde Iquique. En Tocopilla las autoridades tampoco los recibieron. En Antofagasta, corrían el peligro de pasar la noche en el terminal de buses de la ciudad. Sólo la gestión de dirigentes vecinales les salvó.

Romelio Tralaviña, dirigente de la población O’Higgins manifestó las razones que lo llevaron a actuar: “El ver a la gente con necesidades, que estuvieran temerosas por toda la cuestión del coronavirus. Y verlos totalmente desamparados. Y uno, como trabajador y dirigente, siempre está con la disposición para tenderle la mano a nuestros hermanos extranjeros.”

Finalmente pernoctaron en la cancha de la población O’Higgins. Hasta allá llegaron vecinos con frazadas, insumos de primera necesidad, alimentos y cocinillas, a fin de parar una olla comunitaria.

Ahora les resta esperar que el gobierno boliviano abra las fronteras, y les permita volver a su patria, agradecidos del cariño y la ayuda que el pueblo les brindó en suelo chileno.

La causa inmediata de la crisis es la pandemia. El temor a contagiarse es real. Pero existe una causa mediata, y es la crisis económica. Los despidos siguen al alza. Los precios por los alimentos básicos también. Es el escenario que se repite en todo el país, y en el continente.

En medio de todo, subsiste la solidaridad del pueblo. Es lo que reside en estas acciones. Pese al temor del contagio, tomando las providencias, sólo el pueblo ayuda al pueblo.