Nada reanima a la economía chilena. En medio de la crisis, el gobierno lanza salvavidas a los capitales, echando mano a los fondos de cesantía. Un nuevo gran robo. Todo mientras una pandemia multiplica los efectos de un sistema en crisis, llevándolo al colapso. En este escenario catastrófico, la ola de despidos agrava la situación. […]
Nada reanima a la economía chilena. En medio de la crisis, el gobierno lanza salvavidas a los capitales, echando mano a los fondos de cesantía. Un nuevo gran robo. Todo mientras una pandemia multiplica los efectos de un sistema en crisis, llevándolo al colapso. En este escenario catastrófico, la ola de despidos agrava la situación.
La recesión llegó a Chile el 2019, y los capitalistas actuaban en consecuencia, ajustando sus plantas recurriendo al artículo 161 del Código del Trabajo: “necesidades de la empresa”. En todas las áreas se despidió, ya sea por cierre de faenas, como en CODELCO; o por cierre de empresas, como es el caso de PacificBlu; o bien por reducción de personal en los medios como Radio Bio bío, La Clave, Publimetro, El Mercurio; pero también en el retail, la industria del calzado como Hush Puppies, entre otras.
Ya en diciembre, las cifras superaban los 140.000 despidos, invocando la misma causal. Y no daba visos de detenerse. La Dirección del Trabajo, hasta el 31 de diciembre, cifraba un total de 176.621 despedidos, a partir del 18 octubre, la mayoría por el art.161. Con preocupación, Piñera buscaba frenarlo prometiendo (¡vaya novedad!) 100 mil nuevos empleos. Nada de eso llegó. ¡Ni hablar de su promesa de “pleno empleo” en tiempos de campaña!
El 2020 aumentaron los despidos. En enero, El Mercurio dejaba en la calle a cerca de una centena de trabajadores. Mega, Cooperativa, Canal 13, en radios, aportaban con cerca de dos centenas de desempleados. Nadie se salvó, ni siquiera las figuras televisivas. Felipe Bianchi, también despedido, twitteaba: “No va más. Ha vuelto a pasar el león, como se ha hecho costumbre”.
Pues bien, la “costumbre” no cesa. Y la pandemia del covid-19, ha empeorado todo. Frente a la emergencia mundial, todos los vuelos se cancelaron por el cierre de fronteras, paralizando el mercado de aerolíneas, que hoy deja a cientos sin empleo. La crisis sanitaria fue negada desde el principio por el MINSAL. Los hechos obligaron a tomar medidas, recurriendo a cuarentenas en la capital y numerosas ciudades. ¿Qué hizo el gobierno en materia laboral? Creó una Ley de protección al empleo que, en los hechos, protege al capital y obliga a los trabajadores a recurrir a sus propios ahorros, el seguro de cesantía. Hasta la fecha, el desempleo total supera el 7,8%, y se proyecta aumentar hasta los dos dígitos.
En plena alerta sanitaria, mientras la infección de coronavirus no cesa de cobrar vidas, el gobierno y los grandes empresarios no hacen más que cuidar sus intereses: el capital invertido en algunas empresas y la mantención del consumo, mostrando una vez más la faz inhumana y el desprecio a los trabajadores.