¡Vayan a trabajar!

El Covid-19 no da tregua. En medio de la crisis sanitaria, laboral y social, el gobierno ha apostado por sacar los milicos a las calles. No parece que hagan mucho más que estar parados en las esquinas, fusil en mano, o patrullando de noche y madrugada. Aburridos de hacer nada, sin mando efectivo, se les ha visto jugando a la pelota y a las cartas. ¡Increíble!. Una apología a la inutilidad. Como parece que los jefes militares brillan por su ausencia, acá les dejamos las tareas más urgentes para que tomen nota: Trabajar para proteger la salud del pueblo. Fabricar equipamiento esencial para la emergencia, como mascarillas higiénicas, alcohol gel, etc. Asegurar el aislamiento de los contagiados. Repartir alimentos y ayuda sanitaria en las zonas en que rijan cuarentenas generales. Recolectar la basura. Realizar la labor del transporte público. Seguro que así no sobraría el tiempo para “la pichanga” y “el poto sucio”. A estas alturas, a todos nos queda claro que su labor, hoy, consiste en proteger un gobierno de incapaces y los intereses de los grandes empresarios.

El Covid-19 no da tregua. En medio de la crisis sanitaria, laboral y social, el gobierno ha apostado por sacar los milicos a las calles.

No parece que hagan mucho más que estar parados en las esquinas, fusil en mano, o patrullando de noche y madrugada. Aburridos de hacer nada, sin mando efectivo, se les ha visto jugando a la pelota y a las cartas. ¡Increíble!. Una apología a la inutilidad.

Como parece que los jefes militares brillan por su ausencia, acá les dejamos las tareas más urgentes para que tomen nota: Trabajar para proteger la salud del pueblo. Fabricar equipamiento esencial para la emergencia, como mascarillas higiénicas, alcohol gel, etc. Asegurar el aislamiento de los contagiados. Repartir alimentos y ayuda sanitaria en las zonas en que rijan cuarentenas generales. Recolectar la basura. Realizar la labor del transporte público. Seguro que así no sobraría el tiempo para “la pichanga” y “el poto sucio”.

A estas alturas, a todos nos queda claro que su labor, hoy, consiste en proteger un gobierno de incapaces y los intereses de los grandes empresarios.